1.- Nuestros pueblos autóctonos eran ya profundamente religiosos; los invasores igual; los nuestros tenían avances científicos que en Europa eran negados por el alto clero que sabía capitalizar la ignorancia, que es el terreno fértil para el fanatismo, tanto que se inventaron las indulgencias y se lo creyeron; apartaban un lugar en el cielo, y nunca pensaron que era ninguna treta, pensaron que era cierto. Condenaron a todo aquél que discrepaba del pensamiento caduco de los altos prelados, y no pocos terminaron en la hoguera al juicio de la Santa Inquisición que, por lo demás, quitaba las fortunas labradas en base a trabajo de los que cayeron en las garras de esta agrupación contraria a cualquier dejo de razón.
En México se creyó que algún día hombres blancos y barbados llegarían de allende del mar y por eso no los combatieron de principio, sino hasta después de la matanza del sanguinario Pedro de Alvarado, y desembocó en la mal llamada Noche Triste, porque la historia la escriben los vencedores.
(No estaría de más revisar no pocos pasajes que deberían ser tratados de otra manera, como ese episodio). Esa noche la ambición de los españoles contribuyó a su derrota, pues la carga del oro fue tal que impidió moverse con agilidad, y una mujer que salió a llevar agua fue la que dio la voz de alerta y los aztecas se cubrieron de gloria. Cuenta la leyenda que ante las tantas bajas, Cortez lloró debajo de un ahuehuete aquel episodio de estrategia y de valor por parte de los tantos mexicas.
Al triunfo de la espada, llegó otra arma más cruel, la cruz, pues con ello se inició el sometimiento que todavía tiene lugar, y para hacerlo más fácil, el invento de mitos, y a Tonatzin vino la Virgen de Guadalupe ((Guillermo Schulemburg Prado puso en duda la existencia de Juan Diego y, por ende, las apariciones de la Virgen de Guadalupe, de acuerdo a nota de La Jornada del 20 de julio del 2009), y en el confesionario se aconsejó la resignación mientras la población indígena se diezmaba alarmantemente; la mayoría de los curas disfrutaban de los mismos privilegios que los otros conquistadores en el nombre de dios, sin hacer nada por sus feligreses que más lo necesitaban, siendo pocas las excepciones que confirman la regla de la criminal desfachatez del clero hipócrita.
La Constitución de 1857, Juárez, las Leyes de Reforma, la reacción de los conservadores, lo que ocasionó cruentas batallas y la invasión francesa, auspiciada por el alto clero, que, como todo lo sucio y traidor, termina por ser derrotado por el pueblo. Luego, otra vez el acomodo de los curas para estar del lado de los hacendados como lo estuvieron con los estadounidenses y franceses; luego la Constitución del 17, los cristeros –que tenían como distracción favorita, después de escuchar misa, salir a violar maestras y desorejar y ahorcar maestros- y un clero que nunca se ha cansado de exigir que se deroguen artículos, que se le permita participar en política, como si no lo hubiera hecho siempre, por encima de la ley para procurarse dinero y privilegios, y cuando no se dan, el chantaje ante la tolerancia oficial.
Miguel de la Madrid en la presidencia y Lauro Ortega en la gubernatura de Morelos, por lo bajo, invitaron a los curas a sus actos oficiales, pero no era suficiente; la ambición clerical clamaba más, y Salinas, para peor, en Morelos, en Tlayacapan, reanuda las relaciones diplomáticas con el Vaticano, con lo que se olvidaron de la tanta sangre derramada, de los sufrimientos, de la ambición de los curas, del fanatismo y sus efectos.
En ese entonces El Día fue el único que cuestionó terriblemente el hecho; en su minieditorial hablaba de las heces…
Y ahora uno de los más desprestigiados curas, Onésimo Cepeda, cerca de ser candidato a una diputación, siendo todavía ministro de un culto, pero su deporte favorito es el de violar la constitución; lo hizo en Morelos, donde fundó el grupo de los carismáticos en el templo de Santa Catarina, y llevaba los servicios religiosos fuera del templo, la autoridad nunca lo cuestionó. Fue cercano de Juan Jesús Posadas Ocampo, cuando fue obispo de la capital morelense, el mismo que fue asesinado en un enfrentamiento entre narcos del Señor de los Cielos y del Chapo, aunque el auto del entonces cardenal terminó como coladera, lo que desmiente el daño colateral para pasar a ser directo, ¿pero por qué?; claro no quedó.
Onésimo, a quien no pocos conocen como Millonésimo, tiene otras cuestiones que se debieron investigar, pues la sospecha de que algo turbio se hizo en su vida, queda, con ciertas fortunas que cambiaron de manos. Debe explicaciones Cepeda que ahora le entra a esta danza que le viene bien por su natural exhibicionismo, desvergüenza y cinismo, y ya ganó, porque aunque no obtenga la candidatura, salió a la luz, porque la oscuridad le incomoda; él es feliz en los reflectores, ya los tiene y los tendrá por más tiempo, pero yo no sé si alguien se atreverá a votar por este personaje nefasto.
Denle juego a los curas y después nadie se los quitará de encima.
El niño es chillón y le dan de nalgadas…
2.- Para la derecha no importa el gran esfuerzo que se hace para tener vacunas en el país, se centra en un error humano, de una jeringa sin dosis, pero se entiende, hay quien vive de la carroña, y quien lo hace de la luz; hay quienes festejan cada uno de los muertos por el virus y quienes lo lamentan, quienes quisieran que el actual régimen fracasara y quien quiere que el país salga adelante con mayor justicia social.
3.- Personal conectado con el reaccionario Alazraqui se burló de los 43 y su desaparición, siguiendo el juego a Anaya, diciendo que se puede burlar de lo que sea, menos de las caguamas, y ahí surgió el caso de los 43 desaparecidos, sin que llegue la hora de la respuesta de nadie por esos comentarios tan fuera de lugar, ofensivos, insensibles. Si los hubieran hecho los morenistas, estaría circulando la noticia por todos lados, pero como son los afines al prianperredismofifí, se guarda silencio.
4.- Por lo que dicen las encuestas, Morena triunfará en diez de los 15 estados donde habrá elecciones para gobernador, y en la cámara de diputados se tendrá la mayoría, después se dirá sí al enjuiciamiento de los ex presidentes, la revocación de mandato y a cerrar el sexenio profundizando la justicia social.