A fin de beneficiar a quienes tienen habilidad limitada para hablar y comunicarse debido a trauma craneoencefálico, autismo, Alzheimer, tumor cerebral, accidente cerebrovascular, accidente isquémico transitorio o esclerosis lateral amiotrófica (ELA), entre otros padecimientos, estudiantes y profesores de la Facultad de Estudios Superiores Aragón (FES) diseñaron un prototipo de alta tecnología de bajo costo.
Es un sistema de comunicación aumentativo alternativo computacional llamado SAAC, desarrollado por un grupo de estudiantes y profesores de la licenciatura de Ingeniería Eléctrica y Electrónica, identificado como Grupo IDEA (Ingeniería y Desarrollo con Electrónica Aplicada) y cuyo eslogan es “La electrónica en beneficio de la sociedad”.
El profesor Ismael Díaz Rangel pormenorizó que el SAAC consta de una microcomputadora configurada con software libre (Linux), monitor, bocina e interruptor mecánico. En su interior se instaló un programa de cómputo con tres interfaces: la primera se basa en la comunicación pictográfica y está enfocada a niños o personas analfabetas, se generó a partir de diferentes imágenes las cuales se relacionan entre sí para formar una oración específica; la segunda es el diseño de un predictor de textos similar al de los teléfonos móviles.
La tercera interfaz está dedicada a la personalización del sistema mediante la cual el usuario puede ajustar algunas características a su gusto o necesidades, por ejemplo, el sonido de la voz, color de la interfaz del usuario y velocidad del cursor que permite el mejor manejo de la herramienta.
El académico comentó que “Oscar Delgadillo Martínez decidió retomar el trabajo con el que se tituló el estudiante Giovanni Belli Gómez para desarrollarlo en la maestría, adicionarle un alfabeto e incorporarle la funcionalidad de predictor de texto, para no tener que escribir la palabra completa”.
Es decir, el sistema aprende porque se le incorporó inteligencia artificial y por ello cada vez que una persona utiliza el sistema aprende y genera sugerencias de palabras, a fin de disminuir el tiempo de escritura, explicó.
Además, a partir de una serie de imágenes que se le añadieron, los usuarios de este implemento pueden indicar si tienen hambre y qué quieren comer, o bien, si algo les duele, tienen frío o calor, incluso pueden escribe más rápido porque pueden elegir el icono de comida, bebida, etcétera.
Díaz Rangel y Delgadillo Martínez expusieron que la forma de interactuar con este sistema consiste, además de la computadora, en un botón pequeño y otro de mayor tamaño diseñado para quien tiene poco control sobre su mano y realiza presión con la muñeca, en la medida en que el cursor se mueve de una imagen a otra, el usuario observa lo que requiere y aprieta el botón adecuado.
En el mercado existen herramientas de comunicación similares que se pueden encontrar de diversas formas; por ejemplo, las soluciones no electrónicas que suelen ser las más baratas, pero presentan dificultades como la limitación del lenguaje, requieren intérprete y su tiempo de comunicación es lento.
Los más avanzados no las presentan; sin embargo, son costosos, su precio es de cinco mil a diez mil dólares, por lo cual están fuera del alcance de muchas personas.
El profesor Ismael Díaz Rangel explicó que, junto con sus pares, Juan Gastaldi, Juan M. Hernández y Alejandro Serapio, de la licenciatura de Ingeniería Eléctrica Electrónica de la FES Aragón, formaron “una sociedad en la que pudiéramos desarrollar proyectos e involucrar a los estudiantes, con la finalidad de que se titulen, además de proporcionar un servicio a la comunidad”.
Dentro de los grupos objetivo a beneficiar con este prototipo serían los pacientes con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una condición que limita la vida en forma progresiva y puede afectar el caminar, el habla, la deglución y la respiración. Ejemplo de ello es el famoso físico teórico Stephen Hawking, quien se comunicaba con los demás a través de una computadora.
Otro sector sería quienes sufrieron traumas craneoencefálicos, toda vez que aunque en algunos casos pierden la capacidad del habla, conservan sus nociones cognitivas, pero no pueden comunicarse por el traumatismo sufrido, afectación que podría durar algunos meses, indicó Óscar Delgadillo Martínez, egresado de la FES Aragón y graduado de maestría en Ciencias de la Computación.
“Nuestra intención es que las personas con estos problemas de comunicación y cuyos recursos económicos son escasos, puedan adquirirlo a un precio accesible”, indicó el académico Díaz Rangel.
El desarrollo universitario, aclararon, está listo para su uso, aunque aún no tiene un acabado completamente profesional. “Tenemos un sistema que luce bastante cercano a lo que pudiera ser un instrumento comercial”; sin embargo, una vez que termine la pandemia se podrían pulir detalles mínimos cuando se realicen las pruebas en personas con ELA u otras enfermedades.
Nuestro siguiente paso para el proyecto es desarrollar diferentes métodos de interacción hombre-máquina creados por el grupo con lo que se espera que los usuarios logren comunicarse utilizando sus ondas cerebrales, movimientos oculares e incluso la succión de aire, finalizaron Díaz Rangel y Delgadillo Martínez.