El secretario general de las Naciones Unidas advierte, una vez más, que estamos ante una situación crítica, “al borde de un abismo” y en dirección equivocada, frente al cambio climático y crisis que no se resuelven en una situación de grave desigualdad y divergencias, divisiones económicas, comerciales, financieras, tecnológicas con dos estrategias militares y geopolíticas diferentes. También ha reiterado en varias ocasiones la problemática migratoria internacional.
La Agencia de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR) ha organizado diversas cumbres internacionales y en la Declaración de Nueva York sobre refugiados y migrantes en 2016 se planteó desarrollar un pacto mundial par establecer una migración segura, ordenada y regular; llevamos años intentando que Estados Unidos defina un programa para enfrentar el tema migratorio, para dar derechos y trato humanitario a los miles de migrantes que llegan para satisfacer la demanda de trabajo en ese país o para escapar de la violencia y la crítica situación por la que viven en sus países.
En particular, la problemática migratoria que se presenta en México, por el tránsito de miles de migrantes de diversa nacionalidad que cruzan nuestro país para llegar a Estados Unidos, sumados a los migrantes mexicanos, no logra resolverse. Al contrario, la política antiinmigrante de Trump que persiste, reforzando una perspectiva de seguridad nacional que se extiende hasta nuestra frontera sur, ha profundizado una solución militarista Y como vemos día a día en nuestro país, con la llegada de miles de migrantes haitianos en las últimas semanas, esos objetivos internacionales sobre la migración se quedan en declaraciones en el papel. Y, además, se han creado situaciones cada día más crítica en distintas ciudades del país, ya sea en la frontera sur, en Tapachula, o en la frontera norte, como en Piedras Negras.
Las crisis múltiples, entreveradas, por la que atravesamos no sólo tienen nombre y apellido, tienen responsables y causas profundas en el régimen capitalista, imperialista, cuyo modo de producción ha ignorado a la naturaleza, la ha explotado irracionalmente y ha generado miles de contaminantes que han cambiado negativamente el ciclo de la vida de los seres vivos, de las plantas, de los animales y de los hombres.
La migración hacia Estados Unidos tiene como una de sus causas estructurales, la demanda de fuerza de trabajo en los Estados Unidos, y otra en la crisis múltiple por la que atraviesan varios de los países de Nuestra América y en la que Estados Unidos tiene una gran responsabilidad. La situación desgarradora de Haití lo dice todo. Y en esa dramática situación se cruza también la actividad criminal, ya sea en los llamados, antiguamente, coyotes, hoy mafias delictivas, que organizan las inseguras travesías y abandonan a su suerte a los migrantes a la mitad del camino o en los asaltos, secuestros, asesinatos…
Y en esta dramática situación, la reciente reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños realizada en México, abre esperanzas para hacer frente conjuntamente a los desafíos inmediatos que enfrenta Nuestra América.