El consumo de huevo en México tuvo un incremento aproximado del 50 por ciento entre 2019 y finales de 2020, al pasar de dos millones de toneladas a tres millones, de acuerdo con el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), aumento ocasionado por la pandemia, su bajo costo, facilidad para cocinarse, sabor y contenido de proteína, considera José Antonio Quintana López, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM.
Además, apunta, es una proteína que no requiere refrigeración como la carne y cuenta con una envoltura natural única. Es, quizá, una de las razones por las cuales durante la emergencia sanitaria por la COVID-19 ha sido el alimento favorito de los mexicanos.
GCMA asegura que el pollo y el huevo se convirtieron en los favoritos de 2020, pues por la caída de ingresos provocada por la pandemia se debilitó el consumo de proteínas de precio elevado y subió la demanda de las más accesibles.
A propósito del Día Mundial del Huevo 2021, a celebrarse este 8 de octubre, Quintana López explica: mientras los negocios de comida como fondas y taquerías resintieron el confinamiento, sobre todo en los primeros meses de la pandemia, los productos cárnicos de cerdo y res bajaron de 30 a 50 por ciento en su consumo, en contraste con el huevo.
Ahora es posible conseguir y pedir el producto a través del teléfono móvil, destaca el académico.
Mitos y beneficios
El médico veterinario zootecnista, especialista en producción animal por la FMVZ, comenta que México es líder consumidor mundial y se encuentra entre los primeros cinco lugares de producción, “lo que se ha conseguido en los últimos 20 años”.
“La preferencia se ha incrementado sobre todo en los países latinos; Colombia es la segunda nación de la región que más lo consume. Todo esto ha aumentado por la difusión de sus características, y además porque se han eliminado mitos que lo perjudicaban”, indicó.
Entre los tres mitos más grandes que los especialistas hemos tratado de disipar están: que el huevo es perjudicial para la salud porque incrementa el colesterol. Por el contrario, ahora se sabe que la lecitina que contiene inhibe la absorción intestinal del colesterol.
Incluso se ha comprobado que si el ser humano se encuentra tenso, estresado o en condiciones de sufrimiento produce más colesterol, situación que nada tiene que ver con el huevo, abunda el también consejero del Instituto Nacional Avícola.
El segundo proviene de Europa donde se afirma que las gallinas ponedoras sufren en demasía por estar enjauladas, y no es así. Al estar resguardadas se protegen de potenciales ataques de otras especies, como los cacomiztles, perros, gatos, entre otras, porque al sentirse amenazadas corren y sufren, además de que en el gallinero ni ellas, ni el huevo, están en contacto con el excremento, precisa.
El tercero y más reciente es que el huevo “orgánico” es mejor porque no produce cáncer y no contiene hormonas, ni químicos: falso. “Vas al supermercado y ves una leyenda que dice: ‘huevo orgánico, de gallinas en libertad, gallinas sanas y contentas…’, o ‘huevo vegano’, eso es impreciso, ¡la gallina no come carne! Lo único real es que los consumidores solo pagan más por el producto”, subraya.
El avicultor diplomado en la Real Escuela Oficial y Superior de Avicultura en Barcelona, España, enfatiza que la proteína del huevo tiene el mismo perfil de excelencia en aminoácidos que la leche materna.
Además, contiene la mayoría de vitaminas, minerales y aminoácidos esenciales de origen animal que requiere el cerebro. Presenta un nutrimento llamado colina que desempeña un papel importante en el desarrollo del cerebro y la memoria, factor determinante en la prevención del Alzheimer y demencia presenil.
“Es un alimento cien por ciento natural, al huevo no lo fabrica nadie”, concluye el coautor del libro “El Huevo: Mitos, realidades y beneficios”, junto con María Covadonga Torre.