En relación con el proceso para retornar a las actividades presenciales que en la UNAM se ha venido llevando a cabo desde hace semanas, es necesario considerar y subrayar lo siguiente:
1.- La UNAM ha sido y es una institución educativa que cuenta con una estructura horizontal, tanto para sus decisiones académicas como para la administración y supervisión de los recursos públicos. Para el efecto cuenta, en los distintos niveles de responsabilidad y decisión, con cuerpos académicos colegiados electos por las distintas comunidades, donde se analizan y debaten, en forma libre y plural, los asuntos de su competencia y se toman decisiones a través de mecanismos democráticos.
2.- La Universidad reconoce la necesidad de regresar a las actividades de manera presencial, y de hecho así ha sucedido respetando los acuerdos tomados por los consejos técnicos de las diferentes escuelas y facultades y los correspondientes a los subsistemas de Humanidades, de la Investigación Científica y de la Coordinación de Difusión Cultural, a fin de tener un retorno gradual y seguro a las instalaciones universitarias. Lo anterior se ha cumplido, particularmente en aquellos casos en los que la asistencia física de estudiantes y docentes se hace indispensable.
3.- La presencia física de la comunidad continuará creciendo con las medidas sanitarias necesarias y, como se informó desde un inicio, el regreso a las aulas se intensificará una vez que el semáforo epidemiológico pase al color verde.
4.- La presencia del estudiantado seguirá siendo voluntaria y, para quien no pueda asistir, las clases continuarán impartiéndose a distancia, tal y como ha ocurrido desde el primer día de confinamiento.
5.- La UNAM no se detuvo un solo día y, no obstante los enormes retos y desafíos que trajo la crisis sanitaria, cumple cabalmente con las y los universitarios y con México, respetando la vida académica interna de la Universidad.