En el declive acelerado de la hegemonía estadounidense en un mundo en formación multipolar en donde China avanza con su ruta de la seda y Rusia muestra su potencia energética frente a una Europa con necesidad de gas y petróleo, al tiempo que ambos países han avanzado en sus relaciones y acuerdos con Irán y con la India, el gobierno de Estados Unidos y las poderosas fuerzas de la guerra y del petróleo, después del enésimo fracaso político-militar en Siria y Afganistán, hacen resonar los tambores de guerra en estos últimos días de febrero de 2022 ante la presencia militar rusa en Ucrania.
Ucrania tiene 603 628 kilómetros cuadrados y una población de 41.7 millones de habitantes, 17.3% de origen ruso. Kiev es su capital y geográficamente tiene frontera con siete países: Rusia por el norte y el este, Bielorrusia por el norte, Eslovaquia por el oeste, Polonia y Eslovaquia por el oeste, Rumania, Hungría y Moldavia por el suroeste. Es uno de los mayores exportadores de cereales en el mundo.
A partir de la desintegración de la antigua Unión de Repúblicas Soviéticas, Ucrania se convirtió en Estado independiente en 1991 y ha atravesado por fuertes contradicciones internas por definir su relación internacional, económica, política y militar, entre la Unión Europea y Rusia, con creciente intervención estadounidense. En 2014 se firmó un protocolo, de Minks, para contener los conflictos militares internos, en 2019 Ucrania tenía el tercer ejército más grande de Europa con 1.2 millones de soldados. En 2016 alcanzó un acuerdo para ingresar a la Unión Europea que no se llevó a cabo.
Por otra parte, la presencia militar estadounidense directa y vía la Organización del Atlántico del Norte (OTAN), organización militar formada después de la segunda guerra mundial, en los países exsocialistas fue creciendo, ya en Polonia, ya en Hungría, en Checoeslovaquia y, desde luego, en la trágica desintegración de Yugoeslavia. Con ello han intentado cercar a la Rusia poderosa, coartar medios de comunicación y transporte, así como su participación en el mercado financiero mundial.
Hoy, ante la intervención militar rusa en Ucrania que toma partido entre las fuerzas internas de ese país en conflicto, casi armado, tiene amenazantes respuestas estadounidenses vía la OTAN.
El petróleo y el gas en la geopolítica mundial
En este conflicto geopolítico mundial están presentes, sin duda, los intereses de las trasnacionales petroleras y de fabricantes de armas estadounidenses. Hace unos meses pretendieron paralizar el acuerdo de la Unión Europea con Rusia para el suministro de gas; y tomaron un acuerdo militar con Australia para impedir la construcción de submarinos con Francia.
La respuesta del ‘mercado’ no se hace esperar y el petróleo superó ya los 100 dólares por barril, registrado en septiembre de 2014.