La minería está presente a lo largo de la historia de México y fue desde la colonia y hasta la primera mitad del siglo XX, una actividad en manos del capital extranjero destinada mayoritariamente a la exportación. Es una actividad que ha delineado, en gran parte, la configuración territorial del país y ha impulsado significativas trasformaciones técnicas y tecnológicas en la actividad productiva.
En la colonia fue principalmente una minería de plata y de México se extraía alrededor de las dos terceras partes de la plata del mundo. La construcción de importantes ciudades como Guanajuato y Zacatecas respondieron a esa actividad. Desde finales del siglo XIX, durante el porfiriato la minería impulsó la construcción de ferrocarriles para su saqueo hacia Estados Unidos, ya no solamente de minerales preciosos, la plata y el oro; los minerales industriales (plomo y cobre) eran necesarios para la industrialización de ese país. Y hoy, sabemos que el Litio es un mineral estratégico para la nueva revolución industrial. Los precios de los minerales están determinados por el mercado mundial; entre 2004 y 2012 se registró un superciclo de altos precios de los minerales y ahora la guerra entre Rusia y Ucrania vuelve a elevar los precios.
En 2019, México registró el primer lugar en la producción de oro, en la producción de cobre, molibdeno, selenio, tungsteno; el cuarto lugar en la producción de plata y el séptimo en la de fierro; en la producción de minerales n metálicos tiene el primer lugar en la producción de grafito y wallastonita; el segundo en la de barita y sulfato de sodio, el tercero en agregados pétreos y el cuarto en sal y sílice.
Otra línea del neoliberalismo en el sector fue la contrarreforma a la Ley de Inversión Extranjera y a la Ley de la minería que llevó a caracterizar a esta actividad como preferente, por lo que se abrió el paso al despojo de la tierra. Asimismo, se abrió la concesión indiscriminada del territorio nacional al capital extranjero que se aceleró durante los últimos tres sexenios del viejo régimen. Se estima que entre la quinta y la tercera parte del territorio nacional está en manos del capital extranjero, fundamentalmente canadiense. Y, como en la colonia, la fiebre del oro se ha apoderado del capital extranjero.
Se estima que la producción del oro y la plata durante los primeros diez 10 años de este siglo duplicó la extracción colonial. Seguramente en esta nueva fiebre del oro en la última década la cantidad de oro extraída habrá cuadruplicado la producción colonial, extracción realizada en su mayor parte por capital extranjero, canadiense y caracterizada como acumulación por despojo. La producción de oro en enero de 1980 fue de 530 kg; en el primer mes de 2001 fue de 1881 kg. y en el tercer mes de este año alcanzó los 7 118 kilogramos.
Sonora es una entidad minera por excelencia, es el único estado productor en el país de Aluminio, Molibdeno y Selenio; contribuye con el 66.71% de la producción de Cobre y el 28.4% de Oro. La minería es la principal actividad en 22 municipios de esa entidad; contribuye con 10.9% del PIB estatal y genera 20 000 trabajadores directos, 100 00 indirectos; está controlada mayoritariamente por los principales capitales mineros del país: el de Germán Larrea, el de Carlos Slim y el capital extranjero. Caborca tiene la principal mina de oro del país, La Herradura de Fresnillo PLC.
Otro tema fundamental de la minería, que no trataremos ahora es el de las condiciones de trabajo, de los accidentes mortales: basta recordar Barroterán, Pasta de Conchos y la tragedia actual de Pinabete.