Frente a los avances de los gobiernos nacionalistas, democráticos y populares en Nuestra América (México, Honduras, Colombia, Chile, Perú y Argentina) y la vigencia de más de seis décadas de la revolución cubana y más de veinte años de la revolución bolivariana en Venezuela, la guerra híbrida, que va de la guerra mediática a la judicial y hasta la militar, rebasa sus límites y llegó al magnicidio en Argentina el jueves 1 de septiembre de este año 2022.
Este atentado fue internacionalmente condenado y abrió el paso a masivas manifestaciones solidarias con Cristina.
Este atentado se da en una agudización de la lucha de clases en Argentina que atraviesa por una profunda crisis económica lastrada por los gravísimos acuerdos con el FMI firmados por el gobierno anterior del extremista neoliberal Macri que dejó al país terriblemente endeudado y en las garras del FMI. La inflación y la devaluación sumergen al país en una profunda crisis social y el desempleo, los deteriorados salarios, las pensiones insuficientes y las limitaciones presupuestales del gobierno. En la ofensiva mediática de la derecha sobresalen los llamados contra la vicepresidenta, de insultos a amenazas de muerte y llamados al crimen.
Manifestemos nuestra defensa de la democracia, la condena al atentado y estemos atentos a la dinámica y compleja situación de Nuestra América.