El Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel convocó al embajador de México en Tel Aviv, Mauricio Escanero, luego de que el miércoles un grupo de encapuchados aprovechó una protesta de familiares de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa y normalistas para hacer pintas y causar destrozos en la sede diplomática israelí en la Ciudad de México, para demandar la extradición del ex jefe policiaco Tomás Zerón.
De acuerdo con la embajada de Israel en el país, su cancillería busca que Escanero explique la posición del gobierno de México sobre el caso.
El antecedente
El miércoles pasado, padres y madres de los normalistas desaparecidos exigieron en la sede israelí que se concrete la extradición de Zerón, ex director de la Agencia de Investigación Criminal de la entonces Procuraduría General de la República, quien se encuentra prófugo en Israel y está acusado en México de ocultar pruebas, torturar testigos y entorpecer las investigaciones de la desaparición de los estudiantes.
La protesta se inició de manera pacífica, pero derivó en actos de violencia y pintas que incluían consignas como “muerte a Israel”, lo que fue condenado por el embajador israelí, Zvi Tal.
Se analiza la solicitud de extradición
El diplomático explicó que su país analiza la solicitud de extradición presentada por el gobierno de México el año pasado, observando “sus obligaciones jurídicas internacionales”.
Añadió que “nos queda claro que la violencia desplegada no tiene relación alguna con el caso de Ayotzinapa”.
Luego de la protesta, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, Emmanuel Nahshon, comentó, según reportes de prensa: “Vemos este asunto con mucha gravedad. Esperamos que México cumpla con sus obligaciones internacionales”.
México e Israel no tienen un tratado de extradición. Sin embargo, hay cooperación jurídica en la materia, según ha explicado el canciller Marcelo Ebrard, quien también ha dicho que el gobierno mexicano presentó toda la documentación requerida por la parte israelí para que Zerón comparezca aquí ante la justicia.
La Jornada