Los estudios de mastografía o ultrasonido permiten la detección de 80 por ciento de los tumores que no se puede percibir por observación o autoexploración, afirmó la especialista adscrita al Servicio de Tumores de Mama del Instituto Nacional de Perinatología (INPer) “Isidro Espinosa de los Reyes” de la Secretaría de Salud, Ana Cristina Arteaga Gómez.
Estos estudios son la piedra angular para el diagnóstico temprano de cáncer de mama que se recomiendan a mujeres de 40 a 69 años sin signos ni síntomas de la enfermedad.
La mastografía puede detectar cambios o anormalidades en los tejidos del seno, pequeños nódulos o masas que no se pueden sentir al tacto, que se confirman con estudios adicionales para descartar o confirmar el diagnóstico.
La especialista indicó que la resonancia magnética se utiliza en pacientes con alto riesgo, que en algún momento se colocaron implantes y desarrollaron un tumor, con metástasis axilar, cáncer bilateral de mama o para planear una cirugía.
En entrevista con motivo del Día Nacional de la Lucha Contra el Cáncer que se conmemora este 26 de octubre, la especialista dio a conocer que la exploración mamaria debe iniciar a los 18 años, con el propósito de encontrar alguna bolita u otra anomalía.
En 2020 en el INPer se realizaron 733 mastografías y cinco mil 473 ultrasonidos. En tanto, en 2021 se llevaron a cabo mil 140 mastografías y seis mil 651 ultrasonidos; es decir, casi se duplicó la cantidad de esos estudios.
Agregó que la falta de educación y la desinformación son las principales causas del retraso en el diagnóstico de cáncer de mama; las mujeres recurren a remedios caseros y retrasan el tratamiento hasta por un año.
Indicó que los factores de riesgo para desarrollar esta enfermedad son ser mujer, edad avanzada, obesidad, tomar más de tres bebidas alcohólicas diarias, ya que aumentan los niveles de estrógenos en sangre; terapia de reemplazo hormonal sin control médico y densidad mamaria.
De todos los casos, 70 por ciento no tienen una causa definida; 20 por ciento es por antecedentes familiares; y 10 por ciento, genéticos.
En 2021, el INPer atendió más de mil pacientes con patologías malignas y benignas, y durante la pandemia no se interrumpió la atención integral de mujeres con cáncer de mama o embarazadas que se contagiaron de COVID-19.
Cabe mencionar que el instituto atiende anualmente entre 13 y 15 mujeres jóvenes embarazadas con cáncer, quienes a partir del segundo trimestre del embarazo reciben quimioterapia. Estas pacientes representan tres por ciento de los casos registrados en el INPer por tumores malignos.
La especialista dijo que, para reducir el riesgo de padecer cáncer de mama, es necesario que las mujeres tengan peso corporal adecuado antes de la menopausia, alimentación balanceada y actividad física cuatro veces a la semana por 40 minutos.
Arteaga Gómez señaló que también deben acudir a consulta médica cuando sientan una bolita al tacto y que persista por más de tres meses, realizarse la autoexploración una semana después de la menstruación y, las mujeres que están en la menopausia, una vez al mes cualquier día de la semana.
En México, 25 por ciento de los casos de cáncer de mama se diagnostica en etapas tempranas, es la primera causa de muerte en las mujeres. En 2020 se reportaron 2.3 millones de nuevos casos y 685 mil defunciones; una de cada seis mujeres fallece por esta enfermedad en el primer año.