El Observatorio Sirio de Derechos Humanos reportó que al menos 43 víctimas murieron, muchas de ellas civiles, y más de 100 personas resultaron heridas este lunes por un bombardeo contra un mercado en Idlib, al el norte de Siria.
Pese a que los primeros informes apuntaron a que el ataque provenía de Rusia, un comunicado por parte de la milicia rusa desmintió está versión: “Las declaraciones de representantes anónimos de la organización Cascos Blancos, financiada por Gran Bretaña y Estados Unidos, sobre supuesto ataque de la Fuerza Aeroespacial de Rusia contra un mercadillo en la localidad de Maaret al Numan, en Idlib, son falsas”, expresa el documento.
Según el medio de comunicación internacional, Sputnik, “la ONG Cascos Blancos se define políticamente neutral y no beligerante, dedicada a la protección de civiles en Siria, aunque junto con los vídeos en los que los Cascos Blancos rescatan a niños de las ruinas, también aparecieron en la web las imágenes en las que se ve cómo manipulan las filmaciones, maquillando a las víctimas y dictándoles lo que deben declarar ante las cámaras”.
Asimismo, la organización de los Cascos Blancos ya ha sido denunciada hasta por robar órganos en Siria, según Maxim Grigóriev de la Cámara Pública de Rusia, quien hace unos meses, hizo público el hecho en la Embajada rusa en Washington.
La región atacada en Siria está fuera del control de Damasco, sede del gobierno sirio, y permanece en manos de los yihadistas del grupo Hayat Tahrir al Sham, una rama que antes pertenecía a Al Qaeda. Además, otras facciones rebeldes y yihadistas están allí presentes.