Pedro Sánchez, presidente en funciones de España y candidato a la presidencia volvió al Legislativo de su país para un nuevo intento de investidura; a diferencia de las votaciones de 2019, en esta del 4 de enero contaba con el apoyo de Unidas Podemos, luego de pactar un gobierno de coalición… Pero otra vez, se topó con el “no”.
En esta primera votación, el candidato del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), necesitaba 176 votos a favor, para evitar una nueva votación de investidura el día 7 de enero. Este segundo caso, se rige por un sistema de mayoría simple en la que bastan más ‘síes’ que ‘noes’ para conseguir la investidura, lo que sería la esperanza de Sánchez y Pablo Iglesias, su mayor aliado para terminar por fin con el largo camino de los sufragios.
El socialista consiguió 166 votos a favor, frente a 165 en contra y 18 abstenciones; fueron 120 del PSOE y 34 de Unidas Podemos, que espera gobernar en coalición con Sánchez. Además, dieron el sí los legisladores de Más País, el partido de Íñigo Errejón, antes importante figura de Podemos, los seis del PNV y los de Compromís, Teruel Existe, BNG y Nueva Canarias.
Quienes dieron el no a la investidura de Sánchez han alcanzado la cifra de 165 al sumar 89 votos del Partido Popular, 52 de Vox, diez de Ciudadanos, ocho de JxCat, dos de la CUP y los de Navarra Suma, Coalición Canarias, Foro Asturias y el Partido Regionalista de Cantabria. Los 13 diputados de ERC y los cinco de Bildu se han abstenido como habían pactado con Sánchez.
Según establece el artículo 99.5 de la Constitución, “si transcurrido el plazo de dos meses desde la primera votación de investidura ningún candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas Cámaras y convocarás nuevas elecciones, con el refrendo del presidente del Congreso”, como ya pasó en pasado septiembre, por lo que hubo elecciones nacionales el 10 de noviembre.
En el debate de este fin de semana, trascendió la figura de Inés Arromadas, la vocera y líder parlamentaria de Ciudadanos, quien criticó la alianza entre PSOE y Podemos, pues dijo, los españoles no votaron en noviembre por un proyecto de coalición. Asimismo, se quejó de Sánchez, quien menospreció a su partido por tener sólo diez diputados, a lo que la legisladora dijo: “es cierto que sólo tenemos diez escaños, pero si yo hubiera sido nacionalista hubiera estado usted dos meses haciéndome la pelota y prometiéndome el oro y el moro”.
Otro episodio ríspido entre izquierdas y derechas españolas lo provocó Mertxe Aizpurua del partido EH Bildu, quien hizo alusiones al Rey Felipe, de quien acusó autoritarismo, causando la molestia de los conservadores, e incluso Edmindo Bal, de Ciudadanos, pidió se borrara del diario de debates las declaraciones contra el Jefe de Estado español. Asimismo, la queja fue el mutis de Pedro Sánchez al respecto.
Las palabras de Sánchez ante diversas acusaciones de la derecha fueron: “No se va a romper España, no se va a romper la Constitución, aquí lo que se va a romper es el bloqueo a la mayoría progresista elegida Democrática mente” y añadió: “El gobierno va a trabajar para superar el conflicto político en Cataluña (…) El diálogo siempre dentro de la Constitución será una prioridad absoluta”.
Por su parte, Pablo Iglesias, líder de Unidad Podemos enunció: “Pedro, estarás al frente de una coalición progresista histórica y para nosotros será un honor caminar junto a vosotros. Sí se puede, adelante presidente”, tras celebrar la “histórica coalición progresista”, que se espera, logre gobernar España desde el próximo martes.