En días anteriores, Alejandra Frausto, titular de la Secretaría de Cultura, envió una carta a la diseñadora francesa Isabel Marant para pedirle una explicación pública sobre los fundamentos con los que privatizó con sus “diseños” una propiedad colectiva y cómo su utilización retribuye beneficios a las comunidades indígenas creadoras.
Marant respondió con una carta fechada el 6 de noviembre, que lamenta mucho si su enfoque fue percibido como apropiación cultural cuando ella quería promover una artesanía y rendir homenaje a una estética a la que, ella dice, está vinculada. Ofreció disculpas si es que faltó al respeto a la comunidad purépecha y a México por los diseños “inspirados” en textiles de las comunidades indígenas que forman parte de su colección Otoño-Invierno 2020.
Agradezco la respuesta de Isabel Marant. Para el @GobiernoMX las comunidades deben estar en el centro de cualquier iniciativa. Invitamos a diseñadores internacionales ser aliados en la defensa del patrimonio cultural de los pueblos indígenas, reconociendo su valor y diversidad. pic.twitter.com/kI5XCyHtBD
— Alejandra Frausto (@alefrausto) November 16, 2020
En el texto, la diseñadora no explica cómo su trabajo beneficia a las comunidades indígenas afectadas, y tampoco si habrá alguna compensación económica.
Posteriormente, en otra carta la secretaria de Cultura agradeció la respuesta de Marant, la invitó a México para conocer el alfabeto, la cosmovisión que representa el lenguaje de cada textil, así como el tiempo que se invierte en cada prenda y también el costo real de ellas.
Así mismo, se lee en la carta “agradezco su fina atención y, por último, no perdamos de vista que cuando se hace un homenaje, tendrían que estar invitadas las culturas aludidas, porque si bien, aunque son ancestrales, están vivas”