Para la familia Castañeda Marentes, la producción de maíz no sólo es una forma de obtener recursos económicos, es una tradición heredada por tres generaciones, dice Andrea, quien aún siembra en sus chinampas como lo hacían sus ancestros, es decir, con azadón, pala, coa, rastrillo y machete

Originarios del barrio La Asunción, Alcaldía Xochimilco, explica que ella y su esposo “se sienten orgullosos de enseñar a sus hijos el arte de amar la tierra bendita”.

Añade que el proceso de siembra comienza el primero de enero de cada año con la limpieza del terreno en que participa toda la familia, cada uno realiza diferentes actividades como son el barbecho, rastreo y surcado.

Un mes después, el 2 de febrero, Día de la Candelaria, empieza la germinación del grano, para que durante los meses de agosto y septiembre, la milpa tenga elotes y huitlacoches y para los meses de octubre y noviembre, la abundancia de la cosecha es aún más notoria.

“Es maíz nuevo que se ofrenda el Día de Muertos, para nuestros familiares que vienen de visita del más allá conforme a nuestra creencia”, narra Andrea Marentes Ortiz.

Toda la familia participa en la tradicional pisca, que consiste en recolectar las mejores mazorcas que se utilizarán para la próxima cosecha, es decir, guardar semillas.

Actualmente, la familia Castañeda Marentes, produce alrededor de media tonelada de maíz al año. Alimento prioritario para la elaboración de tortillas, para saborear un taco con sal, un chilatole, dulce de atole, tamales, esquites, entre otra gran variedad de platillos

Andrea Marentes, puntualiza: “Como xochimilcas somos afortunados de aprovechar la tierra en nuestro beneficio. Es decir, la producción anual regularmente es para consumo familiar. En ocasiones es compartida con amistades o vecinos” concluye.

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