El Senado en los tiempos de Morena, el difícil equilibrio interno

El 12 de julio de este año, después de su victoria electoral, Andrés Manuel López Obrador se reunió con la futura bancada de 59 senadores de Morena y sugirió que como parte de un “compromiso político” se nombrara coordinador al ex gobernador de Zacatecas, ex delegado de la Cuauhtémoc y ex aspirante a la Jefatura de Gobierno Capitalino, Ricardo Monreal.

Junto con esta “sugerencia”, López Obrador también pidió que el diplomático de carrera Héctor Vasconcelos, a quien postuló originalmente para su gabinete como titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, presidiera en el Senado la comisión del mismo nombre. Vasconcelos había cedido su posición en el gabinete para que se integrara el ex jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard.

“Son los dos únicos compromisos que se hicieron durante la campaña. Sin embargo, van a deliberar los senadores libremente y ellos van a decidir. Son compromisos políticos que todo mundo entiende que se hicieron en su momento”, argumentó López Obrador en aquella reunión.

El presidente electo se refería así a la disputa pública que se generó e septiembre de 2017 cuando Monreal amenazó con salirse de Morena, descontento con el resultado de la encuesta que definió a Claudia Sheinbaum, ex delegada de Tlalpan, como candidata a la Jefatura de Gobierno.

Monreal se quejó en varias entrevistas de prensa de “malos tratos” de Andrés Manuel López Obrador y del incumplimiento de un “acuerdo político” que hicieron ambos dos años atrás, en la génesis de Morena, el partido más joven que arrasó en las dos cámaras del Congreso, en la Ciudad de México y en la presidencia de la República.

El mensaje de López Obrador hacía referencia al compromiso político que hizo con Monreal para evitar una fractura en Morena, en vísperas de las elecciones federales y capitalinas de 2018.

Quienes estuvieron en esa reunión recuerdan que, desde ese momento, quedó también planteada la posibilidad de una disputa adelantada por la candidatura presidencial de 2024, entre las tres principales figuras en juego dentro: Ricardo Monreal, Claudia Sheinbaum y el propio Marcelo Ebrard. Comenzó a especularse de una posible alianza entre Monreal y Ebrard para contenderle la nominación a la jefa de Gobierno electa de la Ciudad de México.

En medio de esta discusión sobre los liderazgos en el Senado, el ex gobernador de Tlaxcala, José Antonio Alvarez Lima, senador electo por su entidad con las siglas de Morena y antiguo cuadro político del priismo, sugirió junto con otros legisladores de mayor experiencia que se equilibrara el reparto del poder en la Cámara alta y se eligiera a Martí Batres, dirigente fundador de Morena, como presidente de la Mesa Directiva.

Batres contó el apoyo con buena parte de los 59 senadores de Morena para llegar a la Mesa Directiva, mientras que Monreal comenzó una larga y tortuosa negociación para el reparto de la presidencia en las 44 comisiones del Senado, con los integrantes de su propia bancada, pero también con las otras fuerzas políticas, en especial, con el PAN, que es la lejana segunda fuerza con 24 senadores, el PRI que disminuyó abruptamente a 15 senadores su bancada, el Movimiento Ciudadano que con 7 senadores desplazó al PRD como cuarta fuerza política, ya que el partido del sol azteca se quedó sólo con 5 legisladores.

El propio Monreal admitió públicamente que la discusión más difícil para repartir las presidencias de las comisiones fue con su propia bancada. De las 20 comisiones que originalmente presidiría Morena se quedó con 22, incluyendo las más importantes como Gobernación, presidida por Cristóbal Arias, fundador del PRD junto con Cuauhtémoc Cárdenas y López Obrador; la de Trabajo, presidida por el líder minero Napoleón Gómez; y la de Defensa Nacional, encabezada por el polémico dirigente guerrerense Félix Salgado Macedonio; la de Equidad de Género, presidida por Malú Micher; la de Cultura, encabezada por Susana Harp; la de Radio, Televisión y Cinematografía, presidida por Alvarez Lima.

 

“Diferencias superadas”: Monreal

En entrevista con Proceso, Monreal afirmó que las diferencias con López Obrador “están superadas y forman parte del pasado” y se quejó porque sus propios adversarios internos y sus críticos externos “me atribuyen más poder del que tengo”.

“El debate interno en Morena es muy intenso. Le dedico la mayor parte de mi tiempo a negociar con cada uno de los senadores porque es una bancada muy autónoma, no es monolítica, además de que en el partido no se aceptan  los bloques o corrientes, como existieron en el PRD”, admitió el también ex militante perredista.

Monreal desestimó los riesgos de una fractura, pero han sido públicas sus diferencias recientes con la dirigente nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky, en especial, a raíz de la discusión sobre la iniciativa de reducción de las comisiones bancarias que generó una baja abrupta de la Bolsa Mexicana de Valores.

Por su parte, Martí Batres indicó que la parte más difícil en este periodo no han sido las diferencias internas sino acostumbrarse a las nuevas medidas de austeridad en el Senado. Esta legislatura disminuirá en 30 por ciento el presupuesto heredado de 5 mil 200 millones de pesos, así como disposiciones tan discrecionales como un “bono de bienvenida” de 400 mil pesos que antes recibían los senadores, “complementos de sueldos”, “estímulos de evaluación”, seguros de gastos médicos, vehículos y hasta un servicio de salón de belleza para senadores y senadoras.

Tanto Monreal como Batres han destacado la disminución del 30 por ciento de los salarios de los altos mandos de la administración del Senado y las comisiones legislativas se redujeron de 64 a 44, lo que ha implicado un recorte sustancial en asesorías, en pagos por honorarios y en aviadurías en los institutos Belisario Domínguez y Gilberto Bosques de la Cámara alta.

En vísperas del cambio de gobierno, 8 senadores de Morena pidieron licencia para irse como secretarios del gabinete de López Obrador o como “delegados especiales” en las entidades.

Son los casos de la ministra Olga Sánchez Cordero, quien presentó varias iniciativas antes de pedir licencia para irse como secretaria de Gobernación, incluyendo la que despenaliza el consumo de la mariguana para fines médicos y lúdicos; Rocío Nahle, nueva secretaria de Energía; o el ex dirigente nacional del PAN, Germán Martínez, quien logró unanimidad de todas las bancadas para aprobar una reforma a la ley del Seguro Social que reconozca los derechos de las parejas del mismo sexo.

También pidieron licencia Gabriel García Hernández, futuro coordinador de los delegados estatales; la ex candidata a gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez; Víctor Manuel Cosío, Gilberto Herrera y Javier May Rodríguez, quien será el próximo subsecretario de Bienestar.

 

Los contrapesos de la oposición

El PAN se quedó como segunda fuerza política en el Senado, pero con una presencia muy disminuida. Bajó de 34 a 24 senadores y se quedó tan dividida como estuvo en la Legislatura pasada, a pesar de que ahora llegó como coordinador el ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, quien sustituyó al anayista Damián Zepeda.

El PAN se quedó con la presidencia de 8 comisiones, siendo las más importantes la de Derechos Humanos, encabezada por Kenia López, que le ganó esta posición al senador independiente Emilio Álvarez Icaza y a la ex coordinadora de las policías comunitarias de Guerrero, Nestora Salgada; y la de Economía, encabezada por el ex dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero.

La otrora poderosa bancada del PRI, que tuvo 55 senadores en la anterior Legislatura se disminuyó a sólo 15. La mayoría de estos legisladores llegaron por lista plurinominal como son los casos de la propia dirigente nacional Claudia Ruiz Massieu, el ex secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, actual coordinador, la ex dirigente nacional Beatriz Paredes, el ex gobernador mexiquense Eruviel Avila, el líder cetemista Carlos Aceves del Olmo, el ex titular de Sedatu, Jorge Carlos Ramírez Marín, la ex subsecretaria de Hacienda, Vanessa Rubio, y Manuel Añorve, ex integrante del grupo de Manlio Fabio Beltrones.

El PRI se quedó sólo con 5 comisiones, siendo la de Marina una de las más importantes, presidida por el ex mandatario estatal mexiquense Eruviel Avila. El líder de la CTM, Carlos Aceves del Olmo, se inconformó por el nombramiento de Napoleón Gómez Urrutia como presidente de la comisión del Trabajo, pero pronto se “disciplinó”.

Las otras bancadas disminuyeron notablemente. El PRD que llegó a tener 22 senadores en la Legislatura pasada, tuvo una sangría importante ante la salida de 12 legisladores encabezados por el ex coordinador Miguel Barbosa. En esta Legislatura sólo tiene 5 y está en riesgo de perder su derecho a tener bancada por los pleitos internos. Su coordinador es el ex jefe de Gobierno capitalino Miguel Ángel Mancera.

El Movimiento Ciudadano desplazó en el Senado al PRD como cuarta bancada con 7 legisladores y preside 3 comisiones. Su nuevo dirigente Clemente Castañeda, vinculado al grupo del gobernador jalisciense Dante Delgado, ha tenido una participación más activa en el Senado, junto con cuadros jóvenes como Verónica Delgadillo o Samuel Ramos. La ex candidata presidencial y ex secretaria del Trabajo capitalino Patricia Mercado está en MC y preside la comisión de Zonas Metropolitanas.

El Partido Verde se quedó con el mismo número de 6 senadores, sólo que ahora están más plegados a la mayoría formada por Morena, el PT y el PES. El PT, con 5 senadores, se quedó sin presidir ninguna comisión y Encuentro Social, pese a no tener registro, formó una bancada con 5 legisladores.

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