A partir de la aprobación de la Ley de Remuneraciones Salariales, inició la, polémica y mediática, disputa entre el Poder Judicial, el Congreso y el Poder Ejecutivo. Después de que en la Cámara de Diputados se descongelara una minuta, que sólo faltaba que se aprobara en el Pleno, esta lucha entre poderes comenzó a fortalecerse. La minuta establecía fijar el tope máximo del salario de los servidores públicos hasta el salario máximo del presidente. Jenaro Villamil comenta que “la protesta más dura ha sido del Poder Judicial de la Federación, de los ministros, este poder que hacía mucho tiempo no lo veíamos salir a la palestra pública a defender, no la justicia en el país, no una eficacia para los ciudadanos, sino su salario”.