Los cambios sociales y reformas que ha anunciado el presidente de Chile, Sebastián Piñera, no ha logrado convencer a los manifestantes que salieron a las calles desde mediados de octubre y que se han convertido en el mayor estallido social de las últimas tres décadas. Millones de personas se oponen a un modelo neoliberal cuya gota que derramó el vaso, fue la subida al pasaje del metro.
La llamada “furia chilena” reclama cambios profundos que van desde el modelo de pensiones, la salud y la educación, hasta una reforma al sistema de impuestos y a la constitución del país, explica la BBC Mundo.
En tanto, los últimos días renació el fervor de los manifestantes, quienes en masa salieron a las calles para encontrarse, otra vez, con un gobierno represor que incluso, desde la presidencia, ya ha aceptado que se han cometido abusos en la contención de las protestas.
“No sé si ustedes han visto llorar por el único ojo que le queda a una persona que le ha estallado un globo ocular, llorar por el otro ojo, que también lo tiene dañado. Llorar sangre”. Eso le preguntó el senador Alejandro Navarro, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara Alta chilena, a un grupo de funcionarios del gobierno de Chile, incluyendo a los ministros de Defensa y del Interior.
Como retrata la BBC Mundo, fue durante una sesión especial de la Comisión, convocada el pasado lunes para hablar sobre la gran cantidad de acusaciones de violaciones a los derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad durante las masivas protestas que han sacudido al país sudamericano desde el pasado 19 de octubre.
Según la Fiscalía de Chile, 23 personas han muerto desde que comenzaron las movilizaciones. Cinco murieron a manos de agentes del Estado y otras dos fallecieron mientras estaban detenidas en una comisaría.
En tanto, más de 2 mil 500 personas han resultado heridas durante las protestas, según la Cruz Roja de Chile. Y de acuerdo con el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), hubo al menos 400 lesiones por disparos de balas de goma o perdigones.
Pero lo que ha causado especial consternación entre las autoridades médicas e incluso algunos funcionarios es la cantidad de lesiones oculares graves que han ocurrido a causa de estas armas no letales, explica la BBC.
Tanto el Colegio Médico como la Sociedad Chilena de Oftalmología (Sochiof) alertaron que durante las primeras dos semanas de protestas casi 180 personas sufrieron una lesión severa en uno de sus ojos, dice la BBC.
El 60 por ciento padeció una disminución severa de la visión, mientras que casi el 30 por ciento quedó completamente ciega en un ojo.
En tanto, este el presidente Piñera, planteó que se han cometido abusos en el control de las masivas protestas sociales que sacuden al país desde hace tres semanas y reafirmó que la justicia investigará y enjuiciará esas acciones.
Empero, en una entrevista publicada este sábado por el diario El Mercurio, el presidente de neoliberal insistió en que tanto su gobierno como la policía y las fuerzas armadas “siempre hemos tenido un compromiso” con respetar los derechos humanos.
“Creo que ha habido excesos, abusos, incumplimiento de los protocolos, incumplimiento de las reglas del uso de la fuerza, mal criterio o delitos. Pero eso tiene que ser investigado por la Fiscalía y juzgado por los tribunales de justicia”, dijo Piñera.
En este contexto, miles de manifestantes asistieron este viernes a la llamada tercera marcha más grande de Chile, en la icónica Plaza Italia de Santiago, donde a pocos metros y en medio de disturbios se registró un gran incendio en la sede de la Universidad privada Pedro de Valdivia.
Este edificio ubicado en las avenidas Almirante Simpson y Vicuña Mackenna, conocido como la Casa Schneider Hernández, comenzó a incendiarse cerca de las 19:00 (hora local), por lo que 19 compañías de bomberos se movilizaron hasta el lugar, informó RT Noticias.