Una nueva caravana de migrantes hondureños, integrada en un principio por unas 400 personas, salió este martes desde la ciudad de San Pedro Sula (norte) hacia la localidad de Corinto, fronteriza con Guatemala, para poner rumbo después hacia Estados Unidos, a pesar de que el Gobierno guatemalteco advirtió que no dejará pasar al contingente.
De acuerdo con medios locales, la salida se produjo a las 04H00 hora local. El grupo avanza a pie. Al momento de salir, su vanguardia portaba una bandera nacional y se entonaba el himno hondureño.
Hombres, mujeres y niños (algunos de estos sin acompañante) integran la movilización. Según declararon a medios locales, van dispuestos a encarar los riesgos del viaje y las medidas anunciadas por las autoridades guatemaltecas para contener su avance.
Los migrantes se concentraron desde la noche del lunes en la Gran Central Metropolitana, principal terminal de autobuses de San Pedro Sula (norte).
En ese lugar consideraron si tomar el camino de Corinto e ingresar a la región guatemalteca de Izabal, o avanzar en dirección a Agua Caliente, otro punto fronterizo con Guatemala.
Informaciones difundidas a través de medios digitales permiten conocer que se movilizan dos grupos. En el caso de la segunda ruta, los migrantes ingresarían al país vecino por la localidad de Esquipulas (departamento de Chiquimula).
Según medios que cubren la caravana, los viajeros intentan dejar atrás la compleja situación de un país golpeado por el desempleo, la inseguridad y la corrupción.
A estas dificultades se unen los daños causados por la pandemia de Covid-19 y los vinculados a las fuertes inundaciones provocadas en noviembre de 2020 por las tormentas Eta e Iota.
Desde que fue detectado el primer caso positivo al virus Sars-Cov-2 en la nación centroamericana, las autoridades sanitarias han confirmado 187.975 contagios y 4.585 decesos.
El Gobierno de Guatemala decretó el lunes el estado de prevención durante 15 días en varios departamentos cercanos a la frontera con Honduras, y autorizó el empleo de la fuerza para evitar el ingreso a su territorio de la caravana de migrantes.
El pasado 23 de marzo, la ex embajadora de Estados Unidos en México y ahora funcionaria en el gobierno de Joe Biden, Roberta Jacobson, aseguró que la postura de la Casa Blanca es la no recepción de migrantes indocumentados, por el momento.
Los migrantes ilegales, dijo, corren el riesgo de ser víctimas de la trata de personas; “los coyotes con los que se endeudan los migrantes son personas peligrosas. En este momento de una pandemia global, viajar y vivir en grandes grupos aumenta el riesgo de contagiar y contraer el Covid-19. Lamentablemente las personas debilitadas por el viaje son más vulnerables al virus”.
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“Sé que muchos migrantes pueden estar soportando dolor y dificultades, pero debo enfatizar que la frontera de Estados Unidos está cerrada: no hagan el peligroso viaje, quédense a salvo, quédense en cada y esperen información del proceso de asilo”, señaló la diplomática.
Con información de TeleSur.
