La inversión extranjera directa en México en el siglo XXI

La inversión extranjera directa (IED) en nuestro país ha mostrado un mayor dinamismo que la inversión nacional, privada o estatal. Desde 1999, a la fecha, ha acumulado un monto cercano a los 620 mil millones de dólares (618.7 mil millones).

En 2019, México registró el lugar número 14 entre los países receptores de IED y en 2020 el noveno, recibiendo 29 000 millones de dólares; poco menos de la cuarta parte fueron nuevas inversiones.

En el primer trimestre de este año, se registró una cifra récord con 11 864 millones de dólares, no registrada desde 1999. El 46.6% se destinó a la industria manufacturera, y en ésta la industria automotriz concentra el 28.2% (13.6% de la inversión total); al sector financiero fue el 14.6%, a la minería el 13.9%, y al comercio el 11.5%; el sector energético y hoteles y restaurantes poco más del 3% cada uno. Por entidades, el año pasado se concentró en la Ciudad de México (más de la quinta parte); en Nuevo León alrededor del 11%, y en Jalisco y el estado de México alrededor del 8 por ciento en cada una. El capital estadounidense se mantiene como el mayor inversor en nuestro país.

En dos actividades con mayor presencia de capital extranjero se han registrado el mayor número de conflictos sociales: la minería y la industria automotriz. En la primera por el despojo de tierras, por la contaminación, por las condiciones de trabajo y la organización sindical; y en la segunda por conflictos laborales y sindicales.

En la nueva versión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, hoy Tratado México-Estados Unidos-Canadá (TMEC), se incorporó el tema de los derechos sindicales, de la democratización de los sindicatos para garantizar una representación genuina de los trabajadores. Con ello, los sindicatos estadounidenses y canadienses pueden contribuir a la libertad sindical en nuestro país.

Los trabajadores de la industria automotriz en nuestro país tienen una larga lucha por la democratización sindical y las mejores condiciones de Trabajo; los de la Wolkswagen de Puebla lograron, desde los años setenta, un sindicato independiente; en la Ford también los trabajadores han lucha por mantener sus derechos en las plantas que se instalaron en el norte del país, en Hermosillo, por ejemplo. En el sector de autopartes también han destacado algunas de sus luchas, a partir de que el Sindicato Minero abrió sus registros al sector maquilador.

En estas últimas semanas se registra la lucha por la democratización sindical en la planta de General Motors en Silao, Guanajuato, contra la vieja y antidemocrática CTM. Hoy se disputa la legitimación del contrato colectivo de trabajo, el rechazo al viejo contrato de la CTM, con lo que se abre la posibilidad de disputar la organización sindical.

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