El modelo biopsicosocial impulsado por el maestro Ramón de la Fuente Muñiz estableció un enfoque más empático y compasivo en la práctica médica, al conectar la ciencia con el humanismo y utilizar todas las vías posibles para un manejo más eficaz de las enfermedades psiquiátricas, afirmó el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela.
Al encabezar la ceremonia por el centenario del natalicio de Ramón de la Fuente Muñiz, el secretario Alcocer Varela señaló que el modelo biopsicosocial considera las interacciones con la susceptibilidad genética, la personalidad, los eventos estresantes y en general, con el contexto social del paciente.
En el auditorio del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz” (INPRFM) y ante el representante permanente de México ante la ONU, Juan Ramón de la Fuente Ramírez; familiares, amigos, académicos y personal de este instituto, Alcocer Varela añadió que la psicoeducación de pacientes y sus familias mediante el modelo biopsicosocial juega un papel importante en la terapéutica psiquiátrica y puede aplicarse en la telepsiquiatría actual.
Indicó que este modelo de atención ofrece valiosos servicios clínicos educativos y de investigación, además brinda un importante aporte a la formación de políticas de salud no solo para la psiquiatría sino para el conjunto de la medicina.
Calificó a Ramón de la Fuente Muñiz como precursor del consentimiento informado en la práctica médica, que hoy en día es un acto obligatorio y su omisión puede generar responsabilidades. La relación médico-paciente ha pasado por distintas circunstancias históricas y sociales, y en México ha dado grandes pasos hasta ser plasmada en la legislación vigente, detalló el titular de Salud.
En su mensaje, precisó que Ramón de la Fuente Muñiz dejó alertas en este camino y citó: “el peligro es que, bajo el influjo de fuerzas poderosas, la medicina pierda cada vez más el contacto con la condición humana de los enfermos y se convierta en una tecnología fría, aplicada por técnicos agobiados por su responsabilidad y hacia un número excesivo de enfermos y supeditados a una burocracia que aniquile su individualidad y sobre cuya marcha, el médico como individuo no puede ejercer ninguna acción”.
El representante permanente de México ante la ONU, Juan Ramón De la Fuente Ramírez, agradeció al secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela; al rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers, y a las personas asistentes el homenaje a su padre Ramón de la Fuente Muñiz.
Consideró a su padre como un ser humano que creía en la familia, pues aún con las tareas que atendía en la práctica médica de su especialidad y otros cargos, siempre se supo dar el tiempo para estar cerca de sus seres queridos. Fue el primero de sus hermanos en acceder a una carrera universitaria y eso cambió la vida de su entorno familiar.
Recordó las palabras del exsecretario de Salud, Jesús Kumate Rodríguez, gran amigo de su padre, quien acuñó palabras de presentación ante los demás: era distinguido sin ser solemne, cordial, pero sin ser demasiado amable, con sentido del humor, pero sin ironía, parco al hablar, pero contundente al opinar, moderado en la alabanza, nunca alabó al poderoso, sereno en el juicio, sabio en el consejo, hombre de principios, pero no de partidos.
Durante la ceremonia, el director general del INPRFM, Eduardo Madrigal de León, aseguró que el maestro de la Fuente fue un eminente médico psiquiatra clínico, psicoterapeuta, científico, filósofo humanista y organizador. Una de sus aportaciones fue el descubrimiento de los psicofármacos que se convirtieron en herramientas terapéuticas.
Contribuyó a formar instituciones multidisciplinarias y recursos humanos especializados para desarrollar el estudio y tratamiento integral de personas aquejadas de trastornos mentales, pero, sobre todo, luchó contra el estigma hacia la enfermedad mental y personas enfermas mentales, lo que permitió el desarrollo de la psiquiatría contemporánea bajo este esquema.
El director del INPRFM destacó que Ramón de la Fuente Muñiz fue miembro de la Academia Nacional de Medicina (ANM) y de El Colegio Nacional, instituciones en las que desarrolló un fecundo trabajo, dictó numerosas conferencias y realizó escritos que contribuyeron a su grandeza y vigencia.
En su trayectoria se desempeñó en la docencia y la investigación; fue autor de publicaciones científicas por las que recibió reconocimientos nacionales e internacionales. Fundó la Asociación Psiquiátrica Mexicana para el desarrollo académico y profesional de especialistas. Adelantó que en unas semanas se publicará la relectura de su obra publicada para registrar sus ideas y actualizar sus aportes.
En su intervención, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers, coincidió en que Ramón de la Fuente Muñiz fue un pilar de la psiquiatría mexicana por sus aportaciones como humanista e ilustre universitario en la academia, la docencia, la organización para el desarrollo y la atención de la salud mental.
Enfatizó que su interés en la educación médica integral logró que el aprendizaje de las ciencias básicas sea igual de importante que el conocimiento humanístico y el entendimiento de la persona enferma como un ser biopsicosocial.
Probablemente, destacó, su mayor legado es la creación del Instituto Nacional de Psiquiatría, que lleva su nombre, por concebir el proyecto, impulsarlo, vigilar su construcción y estructura orgánica, donde se mantuvo activo hasta su fallecimiento.
En la Facultad de Medicina de la UNAM, explicó Graue Wiechers, fundó los departamentos de Psicología Médica y Psiquiatría en Salud Mental, desde donde se formaron los docentes de pregrado y posgrado que la universidad y el desarrollo de la psiquiatría nacional requerían, y que en este año pandémico han resultado indispensables para atender los efectos mentales que ha dejado la angustia, el temor, el dolor y el aislamiento.
El rector de la UNAM subrayó que el legado de Ramón de la Fuente Muñiz sirve de ejemplo para recordar que la honestidad intelectual, la honorabilidad, el compromiso y el esfuerzo cotidiano deben regir las acciones de las personas profesionales de la salud y ser la fuente de esperanza del México que todos queremos.
A la ceremonia asistieron el director de la Facultad de Medicina de la UNAM, Germán Fajardo Dolci; el presidente de la Academia Nacional de Medicina, José Halabé Cherem, y la directora de la Facultad de Psicología de la UNAM, María Elena Medina-Mora Icaza.