La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) dio a conocer por medio de un comunicado de prensa un extenso informe donde queda de manifiesto que el llamado “asesino confeso” de Luis Donaldo Colosio, Mario Aburto Martínez habría sido torturado de forma sistemática desde su detención en Lomas Taurinas en 1994, luego de haber sido señalado como la persona que disparó al candidato presidencial.
De acuerdo con la información del organismo, se integraron nuevos documentos peritajes y testimonios que las autoridades del caso no tomaron en cuenta o eliminaron con el fin de sostener la tesis del llamado “asesino solitario”.
“Al cúmulo de deficiencias, omisiones y violaciones al debido proceso que se tuvieron con motivo de la investigación del asesinato del entonces candidato presidencial, se suma esta circunstancia que hace obligado revisar el caso, y ofrecerle justicia y verdad no sólo a las víctimas, entre las cuales debe incluirse de manera preponderante a la familia del asesinado, sino a toda la sociedad mexicana”, señaló el organismo constitucional en el extenso comunicado.
Dentro de las irregularidades encontradas por la CNDH se encuentra una entrevista realizada a Aburto por el personal de la misma Comisión presuntamente el 12 de abril de 1994, la cual aunque está en su archivo no consta en ninguna de las indagatorias oficiales ni en ningún expediente de seguimiento referente a la tortura denunciada, porque nunca fue integrada de manera formal.
Además, la CNDH señalo que se habrían desacreditado algunos testimonios aportados por testigos y participantes de la tortura, y de igual forma se habría manipulado la información contenida en los exámenes médicos practicados a Aburto entre el momento de su detención y su ingreso al Penal Federal de Almoloya, entre el 23 y el 25 de marzo de 1994.
Es importante destacar, que el 26 de octubre de este año, la CNDH emitió la recomendación 48VG/2021 a la Fiscalía General de la República (FGR) y al Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (OADPRS) por haberse acreditado la tortura en contra de Aburto Martínez.
