En 2020, la población donó poco más de un millón 200 mil unidades de sangre, de las cuales, 8.5 por ciento se donó de manera voluntaria y altruista; cifra sin precedente en los últimos veinte años, aun cuando el país enfrentaba el inicio de la pandemia por COVID-19, informó el director general del Centro Nacional de la Transfusión Sanguínea (CNTS), Jorge Trejo Gómora.

Durante el Foro “Importancia de la donación voluntaria y altruista de sangre en México”, organizado por la Comisión de Salud en la Cámara de Diputados, detalló que la cantidad de unidades captadas fue resultado de que personal del CNTS visitó comunidades e instituciones para promover la donación de sangre y de componentes sanguíneos.

Del total de personas que son potenciales donadoras, participa en esta labor solo 1.2 por ciento; de este grupo, 8.5 por ciento lo hace de manera voluntaria, el resto es por reposición, es decir, porque está hospitalizado algún familiar o conocido que requiere sangre. Pueden donar quienes tienen entre 18 y 65 años; sin embargo, las que más participan tienen entre 20 y 44 años; 72 por ciento son hombres.

Expuso que para cumplir la recomendación de la Organización Mundial de Salud (OMS), de obtener de manera voluntaria 100 por ciento de sangre, la Secretaría de Salud trabaja para desterrar prejuicios y mitos, y fomentar la conciencia sobre la necesidad de contar con sangre segura, ya que no es sustituible por fármacos.

Anunció que este año, la OMS distinguió a México para ser sede de la celebración del Día Mundial del Donante de Sangre el 14 de junio, para generar conciencia acerca de la importancia de la donación voluntaria y altruista de sangre, como fuente para generar abasto seguro.

Trejo Gómora mencionó que el Sistema Nacional de Salud reconoce la importancia de la donación voluntaria de sangre para contar con abasto suficiente y garantizar el acceso a la transfusión segura. El método de reposición aumenta el riesgo de que la persona mienta por la necesidad de adquirir el vital líquido, y cumple sólo porque tiene un paciente en el hospital. “Queremos una historia de donación voluntaria, donde la sangre esté esperando al paciente y no al revés”, expuso.

Toda la sangre donada pasa por un análisis riguroso para asegurar que está libre de VIH, hepatitis B, hepatitis C, sífilis y chagas. Las personas que más requieren transfusión de algún componente sanguíneo son quienes tienen algún padecimiento oncológico, mujeres embarazadas que presentan hemorragias, personas que son sometidas a cirugías complejas o sufren accidentes.

Al término del foro, integrantes de la Comisión de Salud, presidida por el diputado Emmanuel Reyes Carmona, firmaron la Carta de Intención Voluntaria, en presencia del director normativo del CNTS, Emmanuel Fernández Sánchez, la hematóloga adscrita al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Erika Gil García, y la diputada Salma Luevano Luna, presidenta de la Comisión de Diversidad.

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