Ensanut 2021 muestra que México enfrentó COVID-19 en condiciones de desigualdad social y perfil de morbimortalidad adverso

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) Continua 2021 sobre COVID-19 muestra que México enfrentó la pandemia en condiciones de desigualdad social y perfil de morbimortalidad adverso con alta prevalencia de enfermedades crónicas, resultado de los cambios estructurales del sistema sanitario desde los años 80, afirmó el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez.

La Ensanut es una iniciativa conjunta de la Secretaría de Salud y el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) para la planeación de políticas, estrategias y programas de salud, tanto del gobierno federal como de las entidades federativas.

Durante la presentación de resultados de la encuesta, disponible en https://bit.ly/Ensanut2021, precisó que el sistema de salud mexicano nunca alcanzó la cobertura universal y se fue desmantelando desde finales del siglo XX, cuando viró hacia un modelo que exacerbó las diferencias y alimentó los negocios oportunistas, conocido como el régimen de protección social en salud o Seguro Popular, dejando al país sin capacidad de respuesta.

En el auditorio del Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE), señaló que esta realidad obligó a tomar medidas drásticas para enfrentar la velocidad y propagación del virus SARS-CoV-2, como fue la Jornada Nacional de Sana Distancia, con suspensión de actividades públicas no esenciales; reconversión hospitalaria, así como adquisición oportuna y suficiente de vacunas.

“México fue el primer país de América Latina con acceso a biológicos (vacunas) que ha logrado amplias coberturas, reconocido por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).”

López-Gatell Ramírez destacó que una de las lecciones aprendidas a raíz de la pandemia es que existe una enorme desigualdad social en México, donde seis de cada 10 personas viven en condiciones de pobreza, y ello es resultado de la concentración de la riqueza.

“La Ensanut en manos de una comunidad académica integral y sólida, como es la del INSP, permite a la Secretaría de Salud y a las instituciones del sector no ser juez y parte en la generación de información objetiva y clara basada en datos duros”, puntualizó.

El director general del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Eduardo Lazcano Ponce, sostuvo que la Ensanut 2021 es un instrumento que contribuye a la toma de decisiones en política pública, con base en conocimiento, monitoreo y evaluación, para atender las necesidades locales y regionales de salud.

Resaltó que, durante más de tres décadas, a través de esta herramienta se ha recabado información como la estimación de la frecuencia y distribución de indicadores positivos de salud; factores de riesgo y prevalencia de enfermedades crónicas y agudas; estado de nutrición y deficiencias de nutrimentos, lesiones y discapacidad entre la población mexicana.

Asimismo, indicó que la Ensanut contribuye a evaluar programas y políticas públicas; identificar factores ambientales, socioeconómicos, culturales y estilos de vida, accesibilidad y utilidad de los servicios de salud, así como la percepción de la calidad de la atención.

El director general del INSP detalló que la comparación de resultados de las diferentes encuestas realizadas a lo largo de los años permitió identificar la presencia de enormes inequidades en salud entre la población y el incremento progresivo de la exposición a determinantes no saludables en México.

Resaltó que, como un hecho inédito, nuestro país fue uno de los pocos que en el contexto de la pandemia realizó una encuesta poblacional con mediciones y obtención de datos en una muestra de 12 mil 619 hogares, que son una muestra representativa de 36 millones 738 mil 957.

Lazcano Ponce dio a conocer que uno de los objetivos de la Ensanut fue captar el porcentaje de población con inmunidad adquirida debido a la infección viral y a la aplicación de vacunas con la medición de prevalencia de anticuerpos contra SARS-CoV-2. Conjuntamente, se estudiaron los factores asociados a esta respuesta y la experiencia de las personas respecto a la vacunación.

Informó que a través de la Ensanut 2021 se actualizó el panorama sobre la frecuencia, distribución y tendencias de las condiciones de salud y sus determinantes. También se examinó la respuesta social organizada de la población frente a estos problemas; cobertura de programas prioritarios de prevención y alimentación por entidades federativas, zonas urbanas, rurales, y estratos socioeconómicos.

La directora del Centro de Investigación en Evaluación y Encuestas-INSP, Teresa Shamah Levy, señaló que la Ensanut 2021 es un instrumento de rendición de cuentas y planeación que permite colocar en la agenda de gobierno los temas que requieren atención inmediata, como la estrategia para prevención de sobrepeso y obesidad, inequidades en poblaciones indígenas, atención materno infantil, acceso y utilización de los servicios de salud.

Shamah Levy dijo que en la encuesta se evalúan alrededor de 940 variables entre las que destacan la historia socioeconómica y demográfica del país, relacionada con las condiciones de salud y enfermedades como: diabetes, hipertensión, accidentes, consumo de alcohol y tabaco, salud sexual y reproductiva, violencia, depresión, actividad física y lactancia materna.

Esta es la segunda edición de la Ensanut Continua 2020-2024 con el fin de consolidar en 2024 una muestra de alcance estatal. En esta encuesta quedaron excluidos lugares confinados como cárceles, hospitales, cuarteles militares y orfanatos, entre otros.

Asimismo, se evaluó la seroprevalencia de anticuerpos contra SARS-CoV-2 en la población mayor a un año de edad, tanto por infección causada por el virus como por vacunación contra COVID-19.

La directora del Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas del INSP, Celia Alpuche Aranda, señaló que entre las principales razones para no vacunarse destacaron creer que la vacuna tiene efectos adversos para la salud y problemas de logística para hacer llegar la vacunación a lugares de difícil acceso.

El director de Innovación de Servicios y Sistemas de Salud del CISS-INSP, Sergio Bautista Arredondo, señaló que el uso de servicios públicos para resolver necesidades de salud se mantuvo en 40 por ciento; mientras que 66 por ciento de las personas sin seguridad social acudió a unidades privadas.

La investigadora de la Dirección de Innovación de Servicios y Sistemas de Salud del CISS-INSP, Arantxa Colchero Aragonés, destacó que el impacto de la pandemia de COVID-19 fue mayor en la población más pobre y sin seguridad social.

Esta conclusión deriva del análisis de vigilancia epidemiológica donde se identificó que la mortalidad por esta causa fue mayor en personas que habitan en municipios con pobreza extrema y mayor población ocupada en el sector informal.

Expuso que se documentó menor probabilidad de cumplir las medidas de mitigación de la Jornada Nacional de Sana Distancia en los hogares donde el jefe o la jefa de familia tiene bajo nivel socioeconómico y escolaridad.

Informó que 15.1 por ciento de la población se realizó una prueba de diagnóstico de COVID-19; 23 por ciento tuvo resultado positivo. Del total de personas entrevistadas, 4.7 por ciento reportó haber sido diagnosticada por personal de salud, ya sea por prueba, síntomas o ambas.

De los casos positivos reportados, 96 por ciento buscó atención médica y 95 por ciento la recibió. Además, 62.5 por ciento reportó haber tenido alguna secuela posterior a su alta médica o un mes posterior al inicio de la enfermedad y 34.4 por ciento tuvo secuelas persistentes.

Ante estos hallazgos, Colchero Aragonés detalló que es necesario garantizar la cobertura universal de salud efectiva para la población sin seguridad social, destinar recursos suficientes al sector Salud e invertir en la prevención para reducir la carga de enfermedad.

El director del Centro de Investigación en Salud Poblacional CISP-INSP, Tonatiuh Barrientos Gutiérrez, informó que la seroprevalencia de anticuerpos de SARS-CoV-2 contra la proteína S (generada por la infección del virus y por la vacunación), aumentó tres veces al pasar del 23.6 por ciento en el 2020 a 75 por ciento en 2021.

La seroprevalencia de anticuerpos de SARS-CoV-2 para proteína N, que se expresa principalmente por la infección del virus, fue de 58 por ciento; el doble de lo registrado en 2020.

El representante en México de las organizaciones Panamericana y Mundial de la Salud (OPS/OMS), Miguel Malo Serrano, resaltó que las más de 940 variables de la Ensanut orientan la transformación del sistema sanitario en México con elementos concretos, serios, científicos y suficientes.

Reconoció al INSP por llevar a cabo este trabajo en campo desde la perspectiva autónoma y con profesionalismo, aun en condiciones complicadas ante la emergencia.

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