Ningún país en la historia contemporánea ha sufrido el infame bloqueo económico que Estados Unidos impuso a Cuba desde el 3 de febrero de 1962, bloqueo que es condenado en la ONU anualmente desde 1992, con el rechazo estadounidense y uno que otro país subordinado al imperio. Bloqueo que es considerado un acto de guerra en tiempos de paz, Fidel lo llegó a considerar una guerra económica contra Cuba. Cuba fue expulsada de la OEA en 1964 y sólo México rechazó tal medida y fue el único país de Nuestra América que mantuvo relaciones con Cuba. Carter intentó suavizar el bloqueo; Reagan a continuación reforzó el bloqueo y Clinton en 1996 con la Helms-Burton transformó su bloqueo en un bloqueo internacional. Y durante años se le ha inscrito en la lista estadounidense como un país terrorista, posición que reforzó Donald Trump con 243 nuevas medidas que asfixian a Cuba. Y Joe Biden mantiene las últimas medidas.
Las pérdidas económicas por el bloqueo han sido cuantiosas y en la última estimación se calcularon cercanos a los 150 000 millones de dólares. El bloqueo puede considerarse también como un genocidio.
En esas condiciones, Cuba superó en corto plazo el analfabetismo y con su política de educación, salud e investigación ha logrado triunfos inconcebibles en biotecnología y salud, cuyo último éxito fueron las vacunas contra el COVID-19. Y ha realizado un internacionalismo solidario en el que ha destacado su apoyo médico en diversos países; en la pandemia se formaron 52 brigadas del Contingente “Henry Reeve” que asistió enfermos en 39 naciones.
Cuba, una isla con una superficie de 110 860 km cuadrados, poco más del equivalente del cinco por ciento del territorio mexicano y una población de 11.3 millones de personas en 2020, ha sufrido una fuerte emigración, fomentada, en gran parte, por la política migratoria de Estados Unidos que durante décadas otorgaba status legal, ciudadano, a la llegada ilegal de cubanos.
Y Cuba también está ubicada en el Caribe que sistemáticamente es atravesado por fenómenos meteorológicos de fuerte impacto, huracanes y ciclones que provocan graves daños en toda la infraestructura del territorio cubano.
El último huracán, Ian de categoría 3 en la escala de 5 de Saffir Simpson, llegó a Cuba el 27 de septiembre pasado y arrasó la costa occidental en Pinar del Río, región donde semanas atrás, el ocho de agosto, se había registrado el incendio de la refinería de Cien Fuegos.
La situación extrema que hoy atraviesa el pueblo cubano demanda nuestra solidaridad, continuar la política histórica en defensa de la soberanía de Cuba y reconocer la demanda de algunos legisladores estadounidenses que demandan la suspensión temporal del bloqueo. En el próximo mes de noviembre se volverá a rechazar en la ONU el criminal bloqueo estadounidense contra Cuba.
