Diálisis a bajo costo y autonomía para el paciente, con máquina creada en la UNAM

Desarrollada en la UNAM, OXKALI (derivación de la palabra náhuatl Kokoxkali, que significa casa de la salud), es un emprendimiento mediante el cual se creó una máquina semiautomatizada para diálisis peritoneal, denominada DIALTIC, que reduce el costo del procedimiento médico hasta 70 por ciento con respecto a los métodos automatizados, y le devuelve autonomía al paciente con enfermedad renal crónica.

Por su relevancia, el aparato (en fase de prototipo) obtuvo el primer lugar del Premio Santander X México 2022, en la Categoría Lanza, razón por la cual el equipo de los ahora egresados de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM y de la Universidad de Guadalajara, representará a México en el certamen mundial a realizarse en España, el próximo año.

Rogerio Julio Canales Pérez, integrante del grupo, explicó que la idea del proyecto inició en un campamento de innovación (bootcamp) que se organizó en la FQ en 2020, a partir de la necesidad de atender a quienes presentan enfermedad renal crónica y no pueden acceder a tratamientos comerciales.

Para su atención existe la diálisis peritoneal manual, la peritoneal automatizada y la hemodiálisis. La primera impide salir de casa, porque debe realizarse varias veces al día y en un sitio con estricta limpieza; la segunda es de difícil acceso, ya que hay pocas máquinas disponibles en los hospitales (sólo 20 por ciento de los pacientes puede tener ese procedimiento); y la tercera es costosa y acaba con la energía del enfermo.

En México, el número de personas en etapa donde requieren la sustitución renal es de aproximadamente 120 mil, con una tasa de crecimiento anual de cerca de siete por ciento. En el mundo, 800 millones están en fases previas o requieren de este tipo de terapia.

Existen diferentes causas para padecer insuficiencia renal crónica, pueden ser congénitas: cuando los riñones no se desarrollan adecuadamente, la persona nace con un solo órgano, o cuando dejan de funcionar; a consecuencia de malos hábitos de alimentación, entre ellos beber poca agua; o bien, por enfermedades como obesidad, diabetes o hipertensión entre otras.

Al dejar de funcionar los riñones, una de las terapias comunes es la diálisis peritoneal que consiste en colocar un catéter mediante un orificio en el abdomen para llenar la cavidad peritoneal (el espacio entre las dos capas del peritoneo que contiene líquido cuya función es lubricar y permitir el deslizamiento sin fricción de las vísceras abdominales) con una solución que contiene sales, glucosa y algunos otros componentes, para hacer un intercambio de material iónico con la sangre. Se deja un tiempo y luego se vacía el peritoneo para comenzar de nuevo el ciclo. Se realiza de forma manual tres o cuatro veces al día.

Con DIALTIC ese procedimiento se realizaría de manera automática, durante la noche, mientras el paciente duerme, sin cambiar los insumos o el catéter, con lo cual tiene mayor autonomía para realizar otras actividades al estar despierto.

La máquina -creada por un químico, dos ingenieros químicos, un químico-fármaco-biólogo, una química de alimentos y un ingeniero mecatrónico- tiene controladores que le indican cuándo abrir y cerrar los flujos de las diferentes bolsas (las que contienen la solución y las que sirven para vaciar la cavidad).

“La programación nos ayuda a generar diferentes ciclos, de acuerdo con lo indicado por el médico: cuánto líquido entra, cuánto tiempo se queda en la cavidad y cuándo sale”, detalló Canales Pérez.

El paciente lo único que efectúa es conectar las bolsas a su catéter y encender la máquina; podrá recostarse y dormir. El artefacto se encarga de que el líquido se cargue y descargue, y al finalizar el proceso el paciente estará libre de toxinas en la sangre, detalló el joven químico.

Las pruebas del prototipo, consistentes en lograr el control de los flujos de las bolsas de diálisis, se realizaron en laboratorio con resultados favorables. Ahora comenzará la verificación de la equivalencia médica con otras máquinas comerciales; una vez que concluya, se pasará a una primera etapa de pruebas en animales. Y, posteriormente, en pacientes.

Los jóvenes crearon una sociedad anónima promotora de inversión para darle soporte al proyecto. “Se desarrolla la parte tecnológica, y en paralelo, la comercial. Damos pasos en ambos aspectos y avanzamos con la meta de tener un producto que llegue al mercado”, señaló.

El costo del artefacto sería considerablemente más barato que los que se consiguen en el mercado; “usamos una técnica llamada innovación frugal, tratando de encontrar los elementos más accesibles para lograr las funciones. En el modelo de negocios se tiene considerado ofrecer el equipo en renta: la hemodiálisis llega a costar 30 mil pesos mensuales; en este caso sería cinco o seis veces más barato, en alrededor de cinco mil pesos al mes”, precisó Canales Pérez.

Los galardones

Nidia Elizabeth Martínez Flores, única integrante del equipo egresada de la Universidad de Guadalajara, expuso: “nos enfocamos en lo más esencial del dispositivo; reducimos complejidad y costos”. Se intentó que sea sencillo de utilizar para el paciente, con el mínimo de botones y con un sistema de seguridad en caso de que se vaya la luz, para que continúe en funcionamiento.

La joven mencionó que con esta innovación además ganaron el primer lugar en el Concurso de Innovación y Emprendimiento JalisCup 2020, en Jalisco. Posteriormente participaron en Startup Building 2021, donde obtuvieron el primer lugar en la categoría Salud, el año pasado. Y ahora el premio Santander. “Ha sido muy gratificante saber que lo que hacemos tiene trascendencia. Ahora vamos a representar a México a nivel mundial en 2023. Vamos por un premio de más de millón y medio de pesos”.

Edith Daniela Acosta Méndez manifestó que el certamen tiene dos categorías. Una de ellas es Lanza, para apoyar planes en desarrollo; “concursamos con otros nueve proyectos en la final, provenientes de instancias como del Instituto Politécnico Nacional, el Tec de Monterrey, La Salle, etcétera”.

“Este proyecto nació en la UNAM, en un bootcamp; fueron dos semanas muy intensas de un programa que recomendamos ampliamente. En esa ocasión no ganamos, pero no nos desanimamos y nos sirvió para mejorar. A la comunidad con ganas o interés de poner en práctica alguna idea, la invitamos a emprender; no es tarea sencilla, pero con perseverancia, esfuerzo y tiempo podemos lograr grandes cosas”, concluyó.

Completan el equipo Fátima López Salazar, Andrea Paulina Vázquez Villa y Francisco Javier Sevilla Reyes.

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