La emigración de miles y miles de compatriotas y de miles de hermanos centroamericanos y, últimamente, de otros países como Venezuela, Haití y hasta de algunos lugares de África y de India, es un doloroso proceso social de aquellos que atraviesan kilómetros tras kilómetros para llegar al sueño americano en Estados Unidos.
Paraíso imaginario del que no conocen el racismo y la violencia que lo acompaña. Caminan no sólo por sobrevivir, por no tener en sus territorios propios trabajo ni condiciones que favorezcan la vida; en muchos de ellos existen rescoldos de guerras recientes y violencias del crimen organizado. En los últimos años, los fenómenos que acompañan al cambio climático, más terremotos, incendios o inundaciones, han impulsado el desplazamiento de poblaciones y, con ello, la emigración hacia otros países, la migración hacia Estados Unidos.
Además, la emigración de mexicanos y centroamericanos, responde, fundamentalmente, a la demanda de fuerza de trabajo en Estados Unidos, como lo han demostrado varios trabajos académicos. Una fuerza de trabajo a la que se quiere en condiciones de precariedad extrema, empezando por ser trabajadores sin papeles. Fuerza de trabajo necesaria como se demostró durante la pandemia del COVID.
En ese largo caminar de meses y meses se enfrentan a diversas manifestaciones del crimen organizado, de los polleros de los años setenta y ochenta a organizaciones criminales diversas que incluyen la trata de personas. Recordemos la tragedia de San Fernando, Tamaulipas, en agosto de 2010.
Han organizado en los últimos años caravanas para caminar juntos y enfrentar juntos la adversidad.
La política migratoria de Estados Unidos se endurece en los años de crisis y cada vez más se militariza. Y nos ha arrastrado para intentar detener el flujo migratorio que no cesa.
A las condiciones de ese caminar, las políticas migratorias, anti migratorias con precisión, han provocado varias tragedias en nuestro país.
Hoy, finales de marzo de 2023, una nueva tragedia se ha registrado en una estación migratoria en Ciudad Juárez, Chihuahua, que se incendió. Murieron 39 migrantes, 27 están heridos, 16 de ellos graves.
Es urgente una política migratoria en nuestro país y es indispensable y urgente un cambio en la política estadounidense.