Cientos de mujeres de la sociedad civil, estudiantes y de grupos feministas de distintas corrientes protestaron durante la tarde y noche del viernes en una concentración en la Glorieta de Insurgentes y una marcha del Ángel de la Independencia al Zócalo para pedir justicia en los casos de agresiones sexuales por parte de elementos de la policía contra mujeres.
A principios de mes se filtró la información de la menor de edad que denunció haber sido violada por cuatro policías capitalinos en Azcapotzalco, a los pocos días salió la historia de otra joven de 16 años agredida sexualmente por un policía bancario en el Museo Archivo de la Fotografía y después el caso de la estudiante de la preparatoria número tres de la Universidad Nacional Autónoma de México, drogada y abusada por un hombre dentro de las instalaciones escolares. Como reacción a dichas noticias grupos feministas convocaron a una primera marcha el 12 de agosto bajo el hashtag No me cuidan, me violan.
Luego de las respuestas de las autoridades entre las que se encuentran las declaraciones de Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México y de Ernestina Godoy, Procuradora General de Justicia de la ciudad, sobre abrir carpetas de investigación contra las responsables de hacer pintas en los edificios de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y la Procuraduría General de Justicia, así como de romper una puerta; del diálogo con feministas convocado por Sheinbaum, en el que no participaron los grupos organizadores de la protesta y la presentación de videos como prueba de que la versión de la joven no corresponde con su declaración sobre el lugar y la hora en que fue subida contra su voluntad a la patrulla, convocaron a una segunda manifestación para continuar con las exigencias de justicia en esos casos.
Las asistentes se presentaron con paliacates morados y verdes para mostrar su postura a favor del aborto legal, cacerolas y otros instrumentos caseros musicales para las batucadas y brillantina rosa como la que le aventaron a Jesús Orta, secretario de Seguridad Ciudadana, en la primera protesta realizada a principios de esta semana, como nuevo símbolo de la lucha por los derechos humanos de las mujeres.
A las 6:30 de la tarde los contingentes comenzaron a llegar a la Glorieta de Insurgentes, donde leyeron el pliego petitorio a través de un megáfono la principal, garantizar el acceso de las mujeres a una vida libre de violencia, tal y como lo marca la ley.
Las activistas explicaron que marchan para exigir justicia para las víctimas y que cualquier tipo de violencia de su parte no es más que “reflejo del hartazgo” hacia las autoridades, pero por ningún motivo el objetivo principal de éstas.
Durante la manifestación un periodista de ADN 40 que transmitía en vivo fue golpeado por un hombre, como quedó registrado en videos. El puñetazo que el periodista recibió en la cara lo hizo caer y algunas mujeres sacaron al agresor de la marcha entre empujones, patadas y le pintaron la espalda con spray.
Más tarde, algunas mujeres pintaron la estación del Metrobús, rompieron vidrios e incendiaron cajas de cartón. Por la noche, la protesta se trasladó a la estación de policía de la calle Florencia, donde incendiaron parte del inmueble.
Según cifras oficiales el saldo fue de 34 personas lesionadas entre las que se encuentran 13 policías, dos civiles y un bombero, que fueron llevados a diversos hospitales, 18 personas fueron atendidas por los Socorristas del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas.
Desde anoche y hoy en redes sociales, la opinión pública se encuentra polarizada entre quienes apoyan cualquier tipo de manifestación y quienes califican el romper, pintar y quemar, como vandalismo y afirman que “esa no es la forma de luchar.
Al respecto , Ixchel García Aguirre, coordinadora del área de Internet Feminista de la asociación civil Luchadoras, que se dedica a crear un internet libre de violencia, asegura que “la historia no avanza pidiendo permiso.
Hablar sobre “formas correctas de protesta en un país donde nueve mujeres son asesinadas al día, está demás. Violencia es que cuatro policías violen a una chica de 17 años en una patrulla cuando ella iba camino a casa, que un grupo de hombres acorralara y acosara a una mujer que no iba a la marcha, que a unas cuadras de la protesta golpearan a una mujer y la policía estuviera más preocupada por resguardar un edificio. Lo que hacemos se llama auto defensa, es transgredir y cuidarnos entre nosotras”.
Aguirre lamenta que todo volverá a la normalidad en unos días, “todo volverá a estar igual, paredes limpias, vidrios nuevos, calles intactas, ¿Y nosotras? ¿Y las desaparecidas? Nosotras perdemos la vida, ellos nada”, expresó.
Trabajadores del gobierno capitalino laboraron durante la madrugada para limpiar la estación Insurgentes del Metrobús; anoche el directo general Roberto Capuano, informó que permanecería cerrada hasta nuevo aviso.
Hoy avisó de la reinstalación del servicio a través de su cuenta de Twitter, “La estación de la glorieta de Insurgentes de Línea 1 está de regreso en operación.
¡Muchas gracias al trabajo de toda la noche de los equipos de mantenimiento y limpieza!”, publicó.
Por su parte Jesús Orta anunció que la policía no está rebasada y que los elementos no intervinieron para evitar que la violencia escalara, “la policía actuó de acuerdo a las decisiones que se tomaron y que hoy podemos decir que fuera de los lesionados hay un saldo blanco”.
El funcionario dio a conocer que no habrá impunidad por lo que abrieron nuevas carpetas de investigación por daños a los inmuebles.
Así mismo, la diputada Gabriela Osorio Hernández, leyó el pronunciamiento del grupo parlamentario de Morena del Congreso de la Ciudad en las escaleras del edificio en la calle de Donceles en el Centro Histórico.
Ahí, se suman a las exigencias de justicia en todos los casos de violencia y atribuyen y repudian los actos violentos a grupos de infiltrados.
También expresaron su apoyo a la decisión de la Jefa de Gobierno de no utilizar la fuerza pública en contra de la movilización, así como de respetar la libre manifestación y mantenerse abierta al diálogo con quienes salieron de forma pacífica tomar las calles.
