La Reina Isabel II, aprobó este 28 de agosto la petición del primer ministro británico, Boris Johnson, para cerrar el parlamento e impedir que los legisladores puedan aprobar medidas que impidan el Brexit, el cual estaría planeado para el 31 de octubre.
El mandatario, informó el medio RT noticias, había solicitado a la monarca que autorizara ese cierre desde mediados de septiembre hasta la mitad de octubre para evitar que los diputados británicos aprueben medidas que impidan que Reino Unido salga de la Unión Europea.
Una de las grandes interrogantes que tienen en vilo a la comunidad internacional, y afectan tanto en lo político como en lo económico, es si habrá un Brexit “suave”, es decir, con acuerdo de comercio entre Reino Unido y la Unión Europea, o uno duro, es decir, sin tratado comercial.
El Consejo Privado de la jefa de Estado del Reino Unido indicó en un comunicado, citado por la prensa local, que las cámaras quedarán prorrogadas “no antes del lunes 9 de septiembre y no después del jueves 12 de septiembre”, hasta el 14 de octubre, lo que les quitará margen de operación para con el tema del Brexit.
La solicitud de Johnson provocó indignación en los legisladores que se oponen a un Brexit sin acuerdo, y varios de ellos acusaron al primer ministro de actuar como un “dictador” al eludir las normas parlamentarias en un punto crucial del proceso de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, dijo también RT.
La determinación de Johnson ha sido aplaudida por quienes urgen la salida de la Unión Europea de Reino Unido, pues la determinación del primer ministro, que apenas tomaba posesión en julio pasado, es lo que hizo falta para que Theresa May, su antecesora, lograra la salida del bloque regional, incluso habiendo escenarios donde se pensaba hacer otro referéndum para saber si la población en realidad quería el Brexit.