Tras las elecciones parlamentarias del pasado 17 de septiembre en Israel, Benjamín Netanyahu parece perder la fuerza que desde hace años le mantenía como primer ministro de su país, pues ahora no alcanzó los 61 escaños que le permitirían asegurar un cuarto mandato.
A diferencia de las elecciones de abril, donde su coalición de derecha, encabezada por el partido Likud de Netanyahu, el aún primer ministro no llegó a los 60 escaños, pues ahora se quedó en 55.
En contraste, Benny Gantz, su rival a vencer, del partido Azul y Blanco y las coaliciones árabes más los de centro izquierda, lograron en suma con 56 puestos parlamentarios, esto con el 95 por ciento de los votos escrutadas. Hasta ahora hay empate técnico.
En últimos días, en las calles de Israel se encontraban enormes carteles de Netanyahu dando la mano a Donald Trump, presidente de los Estados Unidos que también en días recientes publicó varios mensajes en Twitter para beneficiar al aún primer ministro.
Sin embargo, no será con Trump con quien deberá negociar Netanyahu, sino con los representantes del partido Israel Nuestra Casa, organización conservadora de centro que con nueve escaños ganados, será la bisagra política que ambas fuerzas mayoritarias necesitarán para hacer gobierno.
En Israel, el sistema de gobierno implica que el presidente en funciones nombre al primer ministro a partir de la recomendación del aparato lehsilatovo; de ahí la importancia de dicha posición de mando. De terminar la “era Netanyahu”, vendría un nuevo proceso de organización en la geopolítica de Medio sonriente. El número clave en su organización legislativa es 61, ya que, conformado por 120 representantes, daría a cualquier fuerza el poder de la mayoría calificada.
El primer ministro anunció la cancelación de su intervención ante la Asamblea General de la ONU prevista a finales de mes, donde año tras año trata de revalidar su reconocimiento como estadista internacional. El proceso para la formación de Gobierno tras las legislativas se presenta complejo y el líder del Likud no puede permitirse ausentarse del país, explicó el diario El País.