Luego de una semana de protestas que han dejado como saldo 19 fallecidos, cientos de heridos y daños millonarios a la infraestructura, este 25 de octubre salieron alrededor de 1 millón de chilenos para protestar contra las medidas neoliberales del presidente, Sebastián Piñera.
La Cámara de Comercio de Chile estimó este viernes en mil 400 millones de dólares los daños por las pérdidas de los comercios y los saqueos. A eso se suma las estimaciones de 300 millones de dólares como costo para rehabilitar la red del metro que en gran parte fue incendiada por los manifestantes durante los últimos días.
El corte de esta marcha es eminentemente pacífico, para causar mayor contraste de la represión militar impuesta por Piñera, algo que sucede por primera vez desde el regreso de la democracia en 1990.
“Más diálogo y marchas pacíficas requiere nuestro país”, dijo Karla Elizabeth Rubilar Barahona una médico cirujano y política chilena, actualmente la Intendenta de la Región Metropolitana de Santiago que en estos días de crisis se erigió como una de las figuras políticas más dialogantes y autocríticas.
Muchos manifestantes llevaban pañuelos o cubrebocas, listos para los habituales gases lacrimógenos con que las fuerzas de seguridad dispersan las marchas. Las reivindicaciones eran diversas, desde reclamos del colectivo LGBTIQ, hasta pancartas que reclamaban “no más violencia”, “una nueva Constitución” o acusaban de “asesinos” a los militares. También se reclamó la renuncia del presidente Sebastián Piñera y el fin de las AFP, los fondos de pensiones privados que son la única alternativa de los chilenos en un país sin sistema de retiro público, manifestó el diario El Mundo.
Por su parte, en su cuenta de Twitter, Sebastián Piñera compartió: “La multitudinaria, alegre y pacífica marcha hoy, donde los chilenos piden un Chile más justo y solidario, abre grandes caminos de futuro y esperanza. Todos hemos escuchado el mensaje. Todos hemos cambiado. Con unidad y ayuda de Dios, recorreremos el camino a ese Chile mejor para todos”.