Textos y Contextos.  A un año de gobierno, ¿quiénes han sufrido a López Obrador? 

Se cumple un año de la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República Mexicana; para unos un suplicio, para otros el alivio que esperaron durante décadas; quizá para otros más, es simplemente otro gobierno que pasará de largo, pero, habría que ver quiénes la han padecido más estos 365 días.

Sin duda, quienes han sufrido, han sido personajes como Rosario Robles, Carlos Romero Deschamps, Emilio Lozoya Austin, Juan Collado, Alonso Ancira, y otros miembros de una lista larga que no se hubiera visto en otros sexenios. ¿De verdad no estabas cansado de que esa gente nos viera la cara?

La Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, dirigida por Santiago Nieto, se ha vuelto el terror de aquellos que en administraciones pasadas, robaban felizmente del dinero público sin recibir represalia alguna. ¿Quién hubiera imaginado que un Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como Eduardo Medina Mora, pudiera ser investigado por corrupción? Antes yo no hubiera podido creerlo.

Sin embargo, este año, la llamada Cuarta Transformación dio el manotazo en la mesa, que era necesario, porque ahora, seguro funcionarios de bajo rango se han de pensar dos veces el robarse aunque sea un pesito, si peces tan grandes han caído en investigaciones o hasta en prisión.

No por nada, el Barómetro Global de la Corrupción, elaborado por Transparencia Internacional, refleja que en 2009, cuando gobernaba Felipe Calderón, apenas un 9 por ciento de la población percibía una efectiva lucha contra la corrupción, en contraste con el 61 por ciento que lo en el gobierno de López Obrador, opina que se está batallando contra ese terrible problema tan arraigado en México.

Otros que están sufriendo la Cuarta Transformación son los grandes medios de información que vivían del dinero otorgado por pasadas administraciones y se olvidaban de hacer periodismo de calidad porque su sobrevivencia económica la tenían asegurada. La frase “no te pagó para que me pegues”, institucionalizada por el entonces presidente José López Portillo, parece tan vigente en México, porque cuando el gobierno no paga, le pega.

López Obrador luchó décadas para ser presidente y ahora paga su factura: la de medios de comunicación empresariales empecinados en mantener en la opinión pública la idea de que el neoliberalismo es lo correcto, porque claro, al ser empresas privadas, no les viene bien un proyecto distinto, que no les regala recursos a cambio de una opinión favorable.

Pero no todos han sufrido este año de administración de López Obrador. Habría que preguntarle a la gente en la sierra de Oaxaca, de Guerrero, de Sonora, a esos indígenas de quienes nueve de cada diez familias se ven beneficiadas por los programas sociales del gobierno. El actual presidente nunca mintió y eso hay que aceptarlo, él siempre dijo: “primero los pobres”.

Y en ese sentido, esa parte de la sociedad que quedamos al medio, que ni somos corruptos magnates encarcelados ni campesinos de zonas empobrecidas durante Siglos, no debemos ser hipócritas, porque en gran medida nuestra vida sigue igual: ni México es socialista, ni nos estamos muriendo de hambre, ni nos están quitando nuestras casas; por el contrario, la gasolina ya no sube, la inflación se mantuvo, el país dejó de endeudarse, y esa clase media que marcha hasta en coche, no lo hace porque le vaya mal, sino porque, a un año de López Obrador en el poder, aún no asumen que perdieron.

Esa cifras macroeconómicas que indican hasta recesión en el país, vistas desde la más agria postura neoliberal, no toman en cuanta la mejor repartición de la riqueza que se está llevando a cabo, ¿o tú qué prefieres, que millones de pesos del erario se los den a campesinos, jóvenes de preparatorio y adultos mayores, o que se vayan a la cuenta de un Javier Duarte, por ejemplo?

Así que, no dejemos que esos medios que se dicen de comunicación, pero que sólo son de información o propaganda, nos convenzan de que nosotros debemos padecer a López Obrador, no. El pueblo, la clase media, la gente de a pie, el mexicano común, debemos ver cómo se están sentando las bases para un cambio de sistema más justo en el que incluso, los grandes empresarios de México están de acuerdo. A López Obrador que lo sufran los jueces corruptos, los investigados por Santiago Nieto, que lo sufra la oposición que llora desde su incongruencia el fin de su época dorada de robar.

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