Cientos de ciudadanos hondureños comenzaron este miércoles una nueva caravana de San Pedro Sula a Estados Unidos. Los migrantes se partieron de la terminal de autobuses de la ciudad en la tarde del martes y desde la madrugada del miércoles empezaron a salir hacia la frontera.
Según la agencia France Presse, han llegado al paso de Corinto y al de Agua Caliente en el Salvador unos 400 migrantes. Pese al bloqueo de las autoridades, la caravana logró pasar y transita por Guatemala.
La agencia AFP calcula que otros 600 llegarán a la frontera en las próximas horas, al paso de Corinto, pero también al de Agua Caliente. Fuentes de la Secretaría de Relaciones Exteriores mexicana han dicho que los migrantes “buscan llegar a las festividades del Cristo de Esquipulas” y así agrandar la caravana. Esquipulas es un pueblo de Guatemala, conocido por el cristo de su basílica, celebrado estos días, y la cercanía a la frontera con Honduras, explicó El País.
Este miércoles, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, ha insistido en que México no es un país de tránsito. “No damos salvoconductos. Abrimos la puerta a aquellos que quieran migrar a nuestro país, pero no damos visas de tránsito. Habrá operativos especiales y agentes migratorios”. Sánchez Cordero ha rebajado la cantidad de integrantes de la caravana a 600.
También se ha referido a la caravana el recién estrenado presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, que justo se había reunido este miércoles con el canciller mexicano, Marcelo Ebrard. “Hoy en la conversación con el canciller le hicimos la pregunta sobre esa caravana”, ha dicho el mandatario en declaraciones a la prensa, explica El País.
“El Gobierno mexicano nos advirtió de que no los va a dejar pasar y que va a utilizar todo lo que esté en sus manos para impedir que pasen”. Giammattei ha añadido que la frontera de México será un “muro” para los migrantes, en referencia a las palabras que utiliza constantemente Donald Trump, presidente de los Estados Unidos.
AFP ha entrevistado a varios migrantes en la garita fronteriza de Corinto, entre Guatemala y Honduras y en el camino a Corinto. Wilmer Gabriel Benítez, de 30 años, iba con su hijo de 10 junto a otros cuatro hombres que no pudieron cruzar. “Vamos a esperar que vengan los demás”, ha dicho en referencia a los que caminaban desde San Pedro Sula para cruzar en grupo. “No hay trabajo aquí, el Gobierno nos tiene abandonados”, se quejó Antony Gómez, de 26 años, oriundo de del departamento de Santa Bárbara.