Hay que recordar que fueron las mujeres de la II Internacional, encabezadas por Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo, las que dieron una gran batalla para conmemorar el día de las mujeres trabajadoras el 8 de marzo. Y después de varias décadas de luchas históricas, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoció esta fecha como día internacional de la mujer.
Hoy la batalla de las mujeres ha devenido en una lucha civilizatoria y se ha convertido en uno de los más importantes movimientos sociales contemporáneos.
Desde la economía hay que reconocer la contribución de las mujeres: en la maquila, la agricultura y en los amplios y diversos servicios (docencia, enfermería, medicina, restaurantes y hoteles, comercio, hogar, cuidado de niños y ancianos, publicidad, en la amplia economía informal) y, por supuesto en el no reconocido trabajo en la reproducción de la vida toda, en la doble y hasta triple jornada.
Por ello, no seria un mal cálculo estimar en cerca de un 40 % su contribución a la economía nacional, recordando, además, que su trabajo es mal pagado y recibe, incluso, remuneraciones menores que las de los hombres en actividades similares.
Según la última encuesta de ocupación y empleo, las mujeres somos 51.8% de la población total (65.4 millones); y 22.8 millones formamos parte de la población ocupada (39.6% del total). Representamos 41% de los 12 millones de trabajadores por cuenta propia. Las mujeres trabajamos mayoritariamente en el sector terciario, cerca de un 80%, y más de la tercera parte de lo hace en el comercio; 3.4 millones (16% del total) trabajan en la industria manufacturera, en servicios sociales el 13%; en el sector doméstico remunerado más de 2 millones de mujeres, y en el sector agropecuario mil mujeres.
La diferencia de ingresos se advierte al observar que el 15% de los trabajadores reciben hasta un salario mínimo mientras que el 27% de las mujeres lo reciben; y mientras el 21.3% de los trabajadores reciben más de dos y hasta tres salarios mínimos, apenas el 13.1% de las mujeres reciben ese ingreso; el 4.3% de los trabajadores recibe más de cinco salarios mínimos y apenas 2.5% de las mujeres reciben ese ingreso. También se registra, por el contrario, que es mayor el número de trabajadoras que no recibe ingreso que el de los hombres que no reciben ingreso.
