El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro las lleva en contra; criticado por manifestarse el domingo en un mitin contra la cuarentena por el Covid-19 en el que irónicamente le agarró la tos, ahora también el Supremo Tribunal Federal investiga quién habría financiado dicha movilización.
Sobre las críticas, fue el Partido de los Trabajadores (PT), oposición natural del mandatario, que mediante un comunicado denunció a Bolsonaro por “empeorar el sistema de salud, el empleo, la vida y la democracia”.
Asimismo, el PT explica en el comunicado que en Brasil existe una fuerte crisis social debido a la emergencia sanitaria global producto de la pandemia del coronavirus (Covid-19), el cual Bolsonaro no ha prestado la debida atención al sistema de salud de los brasileños.
“Ante el empeoramiento de la crisis de salud, Bolsonaro ya no intenta disfrazar su apuesta criminal en el caos social. Manipula la desesperación de la población ante la crisis, de la cual su mala gestión es en gran parte responsable, a fin de acelerar la marcha del golpe autoritario que es su proyecto de poder” enfatizó el PT.
Por su parte, el dirigente social y expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, publico en su cuenta de twitter que “estamos viviendo en un tiempo que no imaginé vivir. La humanidad se está volviendo inhumana. Falta solidaridad. Y tenemos un presidente que vende odio. Bolsonaro hace la política de la confusión, vive la teoría de “cuanto peor, mejor”. Porque no tiene propuesta para la sociedad” señaló Lula.
No obstante, el Ministerio de Salud de Brasil anunció que a la fecha hay 45 mil 757 casos confirmados y 2 mil 906 decesos por coronavirus, según TeleSur.
Pero ni las cifras ni el contexto regional o internacional parecen interesarle a Bolsonaro. El mandatario participó el domingo pasado en Brasilia en una de las manifestaciones de apoyo su administración que se organizaron en varias ciudades del país, donde también se aprovechó para ir contra las medidas de cuarentena que han adoptado varios gobernadores de Brasil.
Desde su postura inicial, donde aseguraba que todo era fantasía, hasta la violación de reglas de distanciamiento social que no ha cumplido, Bolsonaro se ha tomado muy a la ligera al coronavirus. Obviamente, en dichas manifestaciones, se violaron toda clase de reglas de distanciamiento social.
Además, en esas concentraciones se defendieron consignas a favor de un golpe de Estado encabezado por el propio mandatario, que es lo que ha motivado que el Supremo Tribunal Federal (STF) abra una investigación.
Sin guantes ni mascarilla, Bolsonaro acudió a una caravana frente al cuartel general del ejército. “Ahora está el pueblo en el poder y no queremos negociar nada”, dijo el ultraderechista mientras sus simpatizantes glosaban la dictadura (1964-1985), pedían la aplicación de un nuevo decreto como el infame Acto Institucional N.º 5, que en 1968 otorgó poderes extraordinarios al presidente, y exigían una intervención militar para clausurar el Parlamento y el STF, reseña La Vanguardia.
La investigación del Supremo, que pretende establecer quién promovió y financió esas manifestaciones, fue iniciada el martes por el magistrado Alexandre de Moraes, que en su auto tachó de “gravísimas” e “inconstitucionales” esas concentraciones por atentar contra el “Estado democrático de derecho” y suponer una “posible violación de la ley de Seguridad Nacional”.
Tras las críticas recibidas, Bolsonaro apeló al día siguiente a la democracia para defender su participación en la marcha, aclaró que no es partidario de cerrar los poderes judicial y legislativo y aseguró que la “democracia y la libertad” están “por encima de todo”.