Lukashenko, con 26 años en presidencia de Bielorrusia, acusa a OTAN de querer derrocarlo

Aleksandr Lukashenko no está dispuesto a dejar el poder. El líder autoritario, que ha gobernado con puño de hierro Bielorrusia desde 1994, se niega a repetir las elecciones presidenciales, pese a las enormes sospechas de fraude.

Según los datos oficiales, Lukashenko, que lleva 26 años el poder, fue reelegido con cera del 80 por ciento de los votos, frente al 10 por ciento de su principal rival, Svetlana Tijanóvskaya, autoexiliada en Lituania desde el martes al sentir amenazada su familia.

El Ministerio de Defensa de Belarús anunció este domingo que entre los días 17 y 20 de agosto realizará ejercicios militares de sus fuerzas de misiles y de artillería en el oeste del país. Las maniobras tendrán lugar en la provincia de Grodno, en unos polígonos que se ubican cerca de la central nuclear del país.

“Si destruyen a Lukashenko será el principio del fin”, clamó este domingo en Minsk ante miles de seguidores, que convocó y transportó desde distintos puntos del país para apoyarle. Pero la realidad es tozuda, y en las calles de la capital y de otras ciudades una marea humana ha exigido su dimisión en las mayores movilizaciones en la historia de Bielorrusia. Debilitado, el líder bielorruso había apelado a Putin.

Este domingo, el Kremlin ha confirmado que está dispuesto a acudir en apoyo de quien se ha convertido en un aliado problemático, aumentando la tensión y los temores de una posible intervención militar.

“No les he convocado aquí para que me defiendan, sino para que podamos defender nuestro país, nuestras familias, nuestras hermanas, esposas y niños”, resaltó Lukashenko en un llamado a sus partidarios en la plaza de la Independencia de Minsk. “No dejaré que nadie regale nuestro país, incluso después de muerto no lo permitiré”, clamó desafiante el líder bielorruso ante unos cuantos miles de personas, sobre todo empleados estatales y funcionarios llegados en autobuses y trenes hasta la capital. Según el Ministerio del Interior, fueron 60 mil; según el recuento de los medios independientes, unos 4 mil, informó El País.

Ahondando en su discurso sobre un supuesto complot exterior para derrocarle, Lukashenko acusó a las potencias occidentales de interferir en la soberanía del país y de reunir unidades militares a lo largo de las fronteras occidentales de Bielorrusia.

“Los aviones de la OTAN están a 15 minutos de vuelo, sus tropas y tanques se hallan a nuestras puertas. Lituania, Letonia, Polonia y, lamentablemente, nuestra querida Ucrania nos ordenan que repitamos las elecciones, pero si les hacemos caso caeremos en picado”, insistió, agregando que nuevos comicios significarían la muerte “como Estado y nación” de Bielorrusia. “No queremos convertirnos en un cordón sanitario entre Oriente y Occidente, no queremos convertirnos en el retrete de Europa”, dijo en su discurso televisado, ante sus seguidores que le vitoreaban por su apodo favorito, Batka, o “padre” de la nación. La OTAN desestimó las palabras del líder bielorruso.

Con información de El País y TeleSur.

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