El líder opositor ruso Alexei Navalny, una de las voces más críticas con el presidente Vladimir Putin, sigue hospitalizado con síntomas de envenenamiento en Siberia, aunque los médicos ya han descartado que haya ingerido alguna sustancia de este tipo. En tanto, ya se encuentra en proceso de traslado para ser atendido en Alemania.
“Vamos a enviar a medianoche un avión ambulancia con el equipamiento médico y especialistas que podrán traer a Navalni a Alemania”, declaró ayer el presidente de la Fundación Cinema for Peace, Jaka Bizilj, que precisó que esperaba lograr todas las autorizaciones necesarias “esta misma noche”.
Pero el médico jefe del hospital donde está siendo tratado dice que, aunque su estado de salud ha mejorado un poco, Navalny no se encuentra lo suficientemente bien como para ser trasladado.
La portavoz del opositor calificó la decisión del médico como “una amenaza directa a su vida”. “Estamos en contacto con las autoridades y esperamos que esta noche se entreguen todos los permisos para el transporte y un informe médico para el paciente que está en coma”, le dijo Jaka Bizilj, director de la fundación, a la agencia AFP.
Navalny, de 44 años, comenzó a sentirse mal el jueves durante un vuelo que tuvo que aterrizar de emergencia en la ciudad siberiana de Omsk, donde fue hospitalizado.
Su portavoz, Kira Yarmysh, aseguró que el activista anticorrupción se encontraba en coma y conectado a un respirador artificial, indicó BBC Mundo.
Yarmysh señaló como causa un té que, dijo, podía haber sido envenenado. Esta acusación no ha podido ser confirmada de manera independiente y los médicos que lo tratan dijeron no haber encontrado ninguna sustancia venenosa.
El ascenso en la política rusa de Navalny arrancó en 2008, cuando comenzó a bloguear sobre supuestas malas prácticas y corrupción en algunas de las grandes corporaciones controladas por el Estado.
Una de sus tácticas fue convertirse en un accionista minoritario en las principales compañías petroleras, bancos y ministerios, y hacer preguntas incómodas sobre los agujeros en las finanzas estatales.
Y su uso de las redes sociales para transmitir su mensaje también es altamente representativo de su estilo político.
A través de estas plataformas, Navalny llega directamente a sus seguidores, predominantemente jóvenes, con un lenguaje agudo y contundente y con burlas a la elite leal al presidente Putin, quien se niega a mencionar su nombre .
Pese a que ha mantenido sus firmes críticas contra Putin, Navalny no ha cumplido lo que parece ser su mayor sueño: poder desafiarle en las urnas.
Su candidatura para las elecciones presidenciales de 2018 fue prohibida por las autoridades después de una condena por malversación de fondos que lo inhabilita para postularse a cargos públicos.
Con información de BBC Mundo, DW y AFP.
