Setiembre 11, a 19 años del ataque terrorista que estremeció al mundo

Un día como hoy pero de hace 19 años, es recordado como el día en el que el mundo se detuvo. Las calles del Centro de Manhattan, Nueva York, se cimbraron por el miedo y el caos. Para las personas, que como siempre se levantaban desde temprano para trasladarse a ese punto de la Ciudad, a sus respectivos empleos, la mañana del 11 de septiembre de 2001 jamás podrá ser borrada de su memoria.

“Fue una mañana tan sofisticada como te puedes imaginar. Los martes suelen ser los días en que salgo a ver clientes y hago llamadas de ventas. Llego a mi oficina poco antes de las ocho, como un pan, tomo una taza de café y me pongo a pensar lo que haré durante el día”, comentó Michael Wrigth, oficinista que se encontraba en el piso 81 del World Trade Center. Fue de los primeros sobrevivientes que emitió su terrorífico testimonio de aquel gran atentado terrorista perpetrado por “Al-Qaeda” contra Estados Unidos.

“Me di cuenta de la gravedad de lo que había sucedido. Vi cadáveres por todas partes, y ninguno que vi estaba intacto. Fue difícil decir cuántos. Cincuenta tal vez escaneé por un segundo y luego me concentré en la cabeza de una mujer joven con un poco de carne. Recuerdo que mi mano se acercó a mi cara para bloquear la vista. Entonces me fui. Mientras corría, la gente salía de otra escalera. Me detuve y dije: «¡No mires afuera! ¡No mires afuera!» Las ventanas estaban manchadas de sangre. Alguien que había saltado se había caído muy cerca del edificio”, narró Michael Wrigth, quien no sabía qué es lo que ocurría en esos momentos, lo importante era salvar su vida.

“¿Cómo describes el sonido que hace un edificio de 110 plantas derrumbándose sobre ti?… La explosión fue extrema, el ruido imposible de describir. Empecé a llorar. Es difícil para mí imaginar ahora que cuando estaba en el suelo esperando mi perdición, escuchando ese ruido, miles de personas estaban muriendo. Ese ruido es un ruido que miles de personas escucharon cuando murieron”, externó un año después de aquel horrible atentado orquestado por Osama Bin Laden, quien por muchos años fue uno de los hombres más buscados del mundo.

El pasado 11 de septiembre de 2001, miembros de la organización islámica terrorista, yihadista Al-Qaeda, líderada por Osama Bin Laden, secuestraron cuatro aviones comerciales en el territorio estadounidense, con el fin de estrellarlos en puntos estretegicos: en el complejo de Edificios World Trade Center ubicados en el centro de Mahantthan, Nueva York; en la sede del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, ubicado en el Condado de Arlington, Virginia, mejor conocido como el Pentágono y por último en Capitolio Estadounidense en Washintogh D.C.

El plan incluía dividir a los terroristas en cuatro grupos de secuestradores suicidas, quienes tomaron “el vuelo 11 de American Airlines” y “el vuelo 175 de United Airlines”. Estos dos fueron los primeros en ser plagiados y los responsables del derrumbamiento de los rascacielos mejor conocidos como las “Torres Gemelas”. El tercer avión secuestrado se trataba “del 77 American Airlines”, mismo que fue impactado en la fachada oeste del Pentágono; mientras que “el vuelo 93 de United Airlines”, con miras a ser estrellado en el Capitolio, cayó en campo abierto cerca de Shanksville, Pensilvania, aproximadamente 208 kilómetros antes de llegar a su objetivo.

Aquella mañana de 2001, todo parecía transcurrir normal, las personas se dirigian a sus trabajos, a sus escuelas, muchos estaban atorados en el tránsito escuchando el bochorno de los coches, otros tantos se encontraban en sus domicilios preparando los desayunos, en donde de fondo se escuchaban las voces de los presentadores de noticias. Una mañana cotidiana en la Isla de Manhattan, nada parecía inusual. No pasaban de las 9 de la mañana cuando se escuchó un gran estruendo que hizo que toda esa parte del centro temblara. Las calles comenzaron a cubrirse con un manto blanco con restos de polvo y escombros, resultado del choque de un avión contra una de las Torres que conforman el Word Trade Center. Hacia el cielo comenzaba a correr una columna de humo negro proveniente de donde se impacto el “vuelo 11 de American Airlines”, dando paso a un incontrolable fuego en la Torre Norte.

“Era el 11 de Septiembre del 2001, era un día hermoso, cielo azul. Había ido a dejar a mi hija en el colegio en la mañana y luego me iba a encontrar con largas horas de trabajo, comencé a charlar con mis compañeros de trabajo de la planta 27 cuando el primer avión se estrelló con la torre norte, el impacto fue tan grande que miré hacia arriba esperando que el techo se derrumbara, pero no”, explicó Margarret Lazaros sobreviviente del 11S.

“Estábamos desorientados sin saber que hacer ni a donde ir, preocupados por el resto y por nosotros mismos, sentía que no iba a ver mas a mi familia ni amigos y lo único que pensaba era en mi hermosa hija a la que tanto amo. Yo corrí mirando mis pies rodeados de charcos rojos, en el momento pensé “cuánta pintura roja” minutos después reaccione y me di cuenta que era sangre, pero no tenía tiempo para pensar en ese horror, tenía que seguir a pesar de todo, estaba en shock”, narró aquella mujer que sólo se encontraba en su lugar de trabajo cuando todo ocurrió.

En todas las cadenas televisivas comenzaron a circular las primeras imágenes en vivo de lo que ocurría en Nueva York. Todo el mundo estaba presenciando aquel caos sin tener una respuesta de lo que estaba ocurriendo. Se escuchaban los gritos de desesperación y terror, el crujir de los edificios, las ventanas rompiéndose, gente corriendo, los llamados de auxilio. Toda esa atmósfera llena de incertidumbre que parecía no tener fin. Nadie esperaba que un segundo avión se estrellara en el otro rascacielos a los pocos minutos. Los televidentes pudieron presenciar el momento exacto en el que “El vuelo 175 de United Airlines”, se impactó contra la Torre Sur, convirtiendo el ambiente en lo que muchos llamaron como el mismo infierno. Casi dos horas después, se escuchó un gran estruendo. A las 9:59 de la mañana, las Torres Gemelas, simbolismo del capitalismo habían sido derrumbadas, marcado así una ruptura mundial.

“Ese 11 de Septiembre es un día que nunca olvidaré ni yo ni ninguno de los sobrevivientes ni familiares de los que estuvimos allí. Luego de ese día nunca más pise la zona donde estaba el World Trade Center y no creo que algún día lo pueda volver a hacer”, relató Margaret Lazarus.

Pero el martes negro no concluyó con la caída de las torres, pues en las horas posteriores, los otros dos aviones plagiados fueron estrellados, uno contra el Pentágono, en Arlinton, y el otro muy cerca del Capitolio. Toda esta historia parecía el guion de una película de acción, pero la realidad superó la ficción, pues estaba pasando.

El atentado 11S es considerado el ataque terrorista que estremeció al mundo entero, y no sólo para las víctimas y sus familias. La caída de las Torres Gemelas traía un mensaje latente, Estados Unidos era vulnerable. Este terrible atentado perpetrado por la organización radical Al-Qaeda, que se llevó más de 3.000 mil vidas humanas y cerca de 6.000 mil heridos; y atesto un golpe muy fuerte para el Gobierno Estadounidense (encabezado por George W. Bush), mucho más grave que el que le dio Japón con Pearl Harbour a finales de 1941.

Después de aquella mañana, la política y la sociedad cambiaron para siempre, no sólo para los Estados Unidos sino para todo el mundo en general. La lucha contra el terrorismo, el desarrollo tecnológico y la vigilancia de los ciudadanos tomaron una dimensión y un rumbo que nadie hubiera previsto antes de aquellos infames ataques terroristas.

“No haremos ninguna distinción entre los terroristas que cometieron estos actos y a aquellos que los protegen”, enfatizó el entonces presidente estadounidense George Bush en un mensaje al público a las 8:30 de la noche de aquel martes 11 de septiembre de 2001, en el que anunciaba la política denominada “Guerra contra el terrorismo”.

El último de los sobrevivientes encontrados de la Zona Cero, se trataba de Ginelle-Guzman-McMillan, quien estaba en la planta 64 de la Torre Norte, al momento del colapso. “Cuando todo tembló, la primera idea que me vino a la cabeza es que se trataba de un terremoto. En los 28 años que viví en Trinidad, había experimentado pequeños terremotos en diversas ocasiones. Sabía que la actividad sísmica en la costa este estadounidense era más bien rara, pero no encontraba otra explicación lógica a lo ocurrido”, recordó.

“Solo empezamos a ser conscientes de la realidad por las llamadas que hacíamos a familiares y amigos. Supimos entonces que era un atentado terrorista, que un segundo avión había impactado en la otra torre. Así que decidimos escapar”, comentó la autora de “Un ángel de los escombros”, en el que relata lo ocurrido aquel día.

“El colapso duró segundos, pero me pareció una eternidad”, dijo la última sobreviviente que duró 27 horas bajo los escombros, quien además asegura haber perdonado a los terroristas que provocaron aquella tragedia. “Nunca he permitido que ellos controlarán mi existencia después del 11 de septiembre. Me causaron mucho daño, pero ese tiempo enterrada en vida me permitió encontrar un lugar de paz sin odio hacia nadie”, señaló.

Hoy en el contexto de la pandemia de Covid-19, que también ha cobrado millones de vidas, se conmemoran 19 años de aquella mañana de pesadilla que vivieron cientos de habitantes de Manhattan, Nueva York. Como acto de conmemoración compañías de bomberos en toda la ciudad, vistieron este viernes sus mejores galas para recordar a los más de 340 compañeros muertos, el mayor número de víctimas, tanto del ataque como de todos los equipos de emergencia y policiales que respondieron a la tragedia.

Tags:

También te podría interesar