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¿Quién es Abdullah Öcalan y por qué el 10 de octubre es el Día de Acción Mundial por su liberación?

Este 10 de octubre, se celebró el Día de Acción Mundial por la liberación de Abdullah Öcalan, el líder de una nación de la que poco se habla porque sus costumbres, su pensamiento y sobre todo, su forma de organización política, no encajan en lo que conocemos dentro del sistema mundo occidental: el Kurdistán.

El Kurdistán es una nación que se resiste a desaparecer. No es un país, no es un Estado, es un grupo de más o menos 40 millones de personas que comparten cultura, lenguaje, creencias, un montón de ideas que los unen; sin embargo, su existencia está en riesgo porque en la lotería del concierto internacional, les ha tocado perder, además de que están dispersos por varios países.

A los kurdos los desaparecen en la luchan por perpetuar sus tradiciones; desaparecen las personas, pero permanece su revolución que se hereda, se piensa, se reflexiona y se reaviva ante cada vida que de pronto se esfuma por el asedio de sus vecinos, países que sí están reconocidos por el Sistema Mundo occidental.

¿Cómo fue que este espacio quedó dividido entre lo que hoy identificamos como Siria, Irán y Turquía? En mayo de 1916, en plena Guerra Mundial, Francia e Inglaterra firmaron el tratado de Sykes-Picot para definir el grado de influencia y control de ambos países en el Medio Oriente en caso de que la Triple Entente obtuviera la victoria en contra del Imperio Otomano, lo cual sucedió.

Aunque existen antecedentes de planes que la Gran Bretaña tenía en la región, se considera que dicho Tratado dio forma a la geopolítica moderna de Medio Oriente, pues marcó las fronteras entre Irak, Siria, Irán, Cisjordania, los territorios de Palestina, entre otros varios espacios. La idea central de comenzar con estos trazos fue el pensamiento de “divide y vencerás”, pues a muchos liderazgos del Imperio Otomano se les ofrecieron Estados de corte occidental si garantizaban la derrota de sus aliados, abandonando las formas de organización que tenían antes de la inmersión occidental.

A la caída del sultanato otomano en 1922, muchos de los líderes de Oriente Medio fueron traicionados y otros siguieron cooptados bajo los intereses imperialistas de occidente, por lo que los conflictos étnicos y políticos en la región comenzaron o se agravaron; en ese revoltijo están los Kurdos, quienes luego de cien años, siguen luchando por no desaparecer. En ese mismo desastre, se funda Turquía, el 29 de octubre de 1923, bajo el liderazgo de su más grande héroe nacional, Kemal Atatürk. Dos naciones de las que hablaremos a continuación, los kurdos y los turcos, unos ganadores ante occidente, los otros a veces pareciera que ni siquiera existen ante los ojos de las potencias.

Desde 1999, el líder del pueblo kurdo Abdullah Öcalan está recluido en la prisión de alta seguridad tipo F de la isla de Imrali en calidad de preso político del Estado turco. Todos los medios de comunicación, incluyendo cartas, faxes o llamadas telefónicas le han sido prohibidos indefinidamente y sin excepción… Es el único preso en la isla, Öcalan es un desaparecido público.

Topógrafo de profesión, el delito de Öcalan fue fundar en 1978, junto con su mujer, Kesire Yildirim, y sus seguidores Hakki Karer, Kemal Pir y Mazlun Dogan, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), para reivindicar los derechos de los kurdos, respetando la religión musulmana y sus arraigadas tradiciones.

Su batalla incluía la liberación de las once provincias turcas del sudeste de Anatolia, y de la población kurda repartida en Turquía, Irán, Irak, Siria y en algunas repúblicas soviéticas. El PKK inició la lucha armada en agosto de 1984 por la independencia de la población kurda que vive en Turquía, que asciende a unos 20 millones de personas; desde entonces mantiene una guerra no declarada entre los revolucionarios y el gobierno turcos, en la que han muerto y desaparecido decenas de miles de personas.

En una declaración emitida por la copresidencia del Congreso de Sociedades Democráticas del Kurdistán en Europa (KCDK-E) se pidió que el 10 de octubre fuera declarado Día de Acción Mundial por la Liberación de Öcalan. El documento afirmaba: “La conspiración internacional cumple 21 años mientras Turquía sigue atacando todas las partes del Kurdistán. El aislamiento implementado contra Öcalan se implementa contra todo el pueblo kurdo. Turquía está llevando a cabo operaciones psicológicas y armadas en Oriente Medio, a través de la ocupación, la tortura, la violación, el linchamiento, las masacres y el genocidio. Es hora de poner la paz, la estabilidad y la libertad como una alternativa al fascismo”.

Y se añade: “Como el líder Öcalan es el único interlocutor que puede desempeñar el papel de poner fin a la guerra y dar una solución, está apegado y el enemigo quiere silenciarlo, por lo que se impone el aislamiento. La solución del problema kurdo y la democratización de la región pasa por el papel del líder Öcalan. Para ello, decimos: ‘Ha llegado el momento: Liberen a Öcalan’ y declaramos el 10 de octubre como el Día Mundial de Acción por la Libertad de Abdullah Öcalan. Hacemos un llamamiento a toda la humanidad progresista del mundo, especialmente al pueblo del Kurdistán, a los intelectuales, artistas, ecologistas, defensores de los derechos de la mujer, a todos los que están a favor de la libertad y la igualdad para que se unan a este día de acción con creatividad”.

“En el Corán podría estar, aunque no esté, esta profecía: Las riquezas naturales serán la maldición de las gentes”, dice Eduardo Galeano en su texto “Muros”, y como podría estar en el Corán como en cualquier otro libro religioso o profético, porque la frase resulta contundente ante la realidad histórica que avasalla a territorios como el de Américas Latina, o también al Kurdistán, explica el periodista argentino especializado en el tema, Leandro Albani en entrevista.

“Los recursos naturales son muy importantes: el agua dulce es uno de ellos, porque a todo el territorio del Kurdistán lo cruzan los ríos Tigris y Éufrates, que son las principales fuentes de agua dulce en Medio Oriente, y también hay mucho petróleo y gas natural; algo que no se tiene en cuenta porque en los Siglos XX y XXI, siempre se hizo hincapié en el petróleo, pero tanto el agua dulce, como la tierra”.

“El Kurdistán es muy fértil, sobre todo en el norte de Siria, son vienes sumamente codiciados por cada nación. Por poner un ejemplo, en Siria, el Estado, hasta que comenzaron las revueltas en 2011, 2012, al Kurdistán sirio le llamaban ‘el granero de Siria’, porque ahí se daba la producción agrícola para todo el país, pero a su vez, esa región siempre fue la más pobre de Siria, porque el gobierno sirio retiraba todo eso, lo llevaba a las provincias del Mediterráneo, y los y las kurdas vivían y viven en la pobreza”.

El caso de Öcalan es paradigmático, importante sin duda porque nos recuerda la enorme diversidad que existe en el mundo y lo mucho que las potencias se empecinan en aniquilarla. Dos preguntas debieran surgirnos a partir de esta problemática: ¿por qué aislar a Öcalan?, y ¿por qué siempre destruir al que piensa distinto, por qué el Kurdistán es una nación muda, tratada como invisible ante el concierto del occidente, del oriente, de todos?

 

 

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