El movimiento es algo que carece prácticamente de precedentes en Tailandia. Los manifestantes quieren la renuncia del Gobierno heredero de la junta militar que dio un golpe de Estado en el país en 2014, reformas estructurales que democraticen al país y un cambio que contemple que la monarquía pierda poder en favor del Parlamento o que incluso desaparezca.
Los ataques contra el monarca eran prácticamente impensables en Tailandia, un pueblo que históricamente ha rendido una pleitesía absoluta hacia sus reyes. Pero en estos días se han visto imágenes en las que los manifestantes han atacado y rodeado a la caravana real. Para entender la gravedad de los hechos se debe resaltar que hace menos de cinco años los ciudadanos se ponían de rodillas ante su paso.
Tras la declaración del estado de emergencia, varios líderes del movimiento de protesta fueron detenidos, y uno más tarde declaró en su página de Facebook que se le había negado el acceso a un abogado y que lo obligaban a subir a un helicóptero y lo llevaban a una ciudad en el norte del país. La policía dijo que había realizado 22 arrestos.
Hasta hace poco parecía que el Gobierno de Prayut Chan-ocha tenía controlada la situación, pero tras las imágenes vistas de manifestantes atacando al carro en el que viajaban la reina y el príncipe heredero, el Ejecutivo decidió tomar medidas más represivas.
El estado de emergencia contempla que todas las publicaciones que se consideren que sean un “peligro para la seguridad nacional” sean automáticamente restringidas. Al ser un concepto tan ambiguo y amplio cabe esperar que se utilice de forma sistemática e indiscriminada. Además, fueron prohibidas en todo el país las concentraciones de más de cinco personas.
La oposición denuncia que han sufrido durante décadas la aplicación de uno de los poderes que tienen los monarcas del país, el de aplicar el delito de lesa majestad. Siempre que lo consideren, por faltar al respeto a la institución, pueden castigar a aquellos que la violenten con 15 años de cárcel. En los últimos años, decenas de opositores han desaparecido o se han visto forzados a salir del país.
Con información de France 24