Esta tarde la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) llevó a cabo una audiencia para trabajar de la mano de organizaciones que defienden a las víctimas de pederastia clerical y así garantizar que estos abusos no queden impunes.
“Tienen nuestro compromiso más firme y absoluto de que estamos en esta causa”, dijo Flavia Piovesan, vicepresidenta de la Comisión.
Adalberto Méndez López coordinador legal de la Organización para el Fin de los Abusos Clericales (ECA, por sus siglas en inglés) mencionó que hay ausencia de comisiones independientes que investiguen casos de abuso clerical, así mismo aseguró la existencia de un mecanismo de encubrimiento sistemático resultado de la colusión y entre organizaciones religiosas y autoridades gubernamentales.
Aseveró que, en particular, en la iglesia católica se recurren a distintas a prácticas para encubrir e imposibilitar las investigaciones en contra de sus miembros, mismas que han sido toleradas y aceptadas.
“Estas son la destrucción, alteración y omisión de informes que documentan casos de abusos sexuales, la celebración de acuerdos extrajudiciales con los sobrevivientes donde se han alcanzado más de 5 mil 679 acuerdos, esto principalmente en Estados Unidos”.
De igual manera, dijo que es imprescindible que la CIDH emita criterios sobre la protección integral de niños, niñas y adolescentes atendiendo las características sociodemográficas de la región en el contexto de la pederastia clerical, a fin de erradicar la complicidad de los estados miembros del sistema interamericano en el encubrimiento sistemático por parte de pederastas y abusadores provenientes de organizaciones religiosas, garantizando así el acceso a la justicia.
Durante la audiencia se mencionaron casos importantes en Perú, México Argentina, Ecuador y Colombia para demostrar la impunidad en casos de pederastia.
En el caso de México, Alberto Manuel Athie Gallo quien fue sacerdote por 20 años, mencionó que descubrió la pederastia clerical atendiendo el caso de un ex legionario de Cristo, aseguró que le ofrecieron una alta suma de dinero a cambio de su silencio y además fue acusado por el arzobispo Norberto Rivera de haber traicionado a la iglesia.
Por rechazo tuvo que salir de México, es por eso por lo que se encuentra luchando por miles de casos de pederastia que permanecen pendientes y esperando que sean reconocidos y llevados a los tribunales correspondientes.
Po último, Sara Oviedo, quien en enero de 2014 fue coordinadora de la santa sede en el Comité de Derechos del niño de la ONU, mencionó y concluyó que la pederastia clerical existe en la américa católica, y que los casos presentados tienen como característica la indefensión de los niños, encubrimiento por parte de la iglesia, impunidad a los pederastas y falta de medidas de reparación para las víctimas.
“Los estados tienen una gran deuda en este tema y que es hora justamente que instancias les comiencen a preguntar sobre su irresponsabilidad”.