En el transcurso de esta tarde, ya como presidente constitucional de los Estados Unidos, Joe Biden anunciará un proyecto de ley que abriría un camino hacia la ciudadanía para millones de inmigrantes que permanecen el país de manera ilegal, en un marcado contraste con las políticas del saliente mandatario Donald Trump.
Biden también firmará hoy 15 decretos ejecutivos, dijo la portavoz Jen Psaki. Al menos seis de ellos se ocuparán de la inmigración, según un memorando, lo que lo convierte en un foco importante del primer día del mandatario.
Para abordar las “crisis” de la pandemia, la economía, el cambio climático y la desigualdad racial, Biden firmará los decretos y los memorandos en la Oficina Oval por la tarde y pedirá a diversas agencias tomar medidas en dos áreas adicionales, dijo Psaki, secretaria de prensa entrante.
Las acciones incluyen un mandato de uso de mascarillas para los empleados federales al estar en sitios de propiedad federal, y una orden para establecer una nueva oficina de la Casa Blanca que coordine la respuesta al coronavirus.
Biden también comenzará el proceso de reingreso al acuerdo climático de París y emitirá una orden radical para abordar el cambio climático, incluida la revocación del permiso presidencial otorgado al controvertido oleoducto Keystone XL.
Entre una serie de órdenes que abordan la inmigración, Biden revocará la declaración de emergencia de Trump que ayudó a financiar la construcción de un muro fronterizo y pondrá fin a la prohibición de viajar en algunos países de mayoría musulmana.
Los planes del Día 1 son sólo el inicio de una serie de acciones ejecutivas que Biden tomará poco después de asumir el cargo, agregó Psaki.
“En los próximos días y semanas anunciaremos acciones ejecutivas adicionales para enfrentar estos desafíos y cumplir las promesas del presidente electo al pueblo estadounidense”, dijo Psaki.
Otras acciones incluirán revocar la prohibición del servicio militar para personas transgénero y revertir una política que bloquea la financiación estadounidense para programas en el extranjero relacionados con el aborto.
En materia de migración, se prevé que Biden revierta una orden de Trump que impide que los migrantes que se encuentran en el país ilegalmente sean contabilizados cuando los distritos electorales del Congreso sean redefinidos.
El nuevo mandatario también firmará un memorando ordenando al Departamento de Seguridad Nacional y al fiscal general que preserve el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), que protege a los migrantes que llegaron al país cuando eran niños de la deportación, y revertirá una orden ejecutiva de Trump que pide una aplicación más estricta de normas de inmigración.
En conjunto, las acciones muestran que Biden está comenzando su presidencia con un enfoque nítido en la inmigración, tal como Trump mantuvo el tema en el centro de su agenda política hasta los últimos días de su administración. En una de sus pocas apariciones públicas postelectorales, Trump visitó un segmento del muro fronterizo entre Estados Unidos y México a principios de este mes.
La decisión de Biden de revertir de inmediato la llamada “prohibición musulmana” de Trump, que estaba dirigida a viajeros e inmigrantes de varias naciones de mayoría musulmana, subraya su deseo de restaurar la posición de Estados Unidos en el mundo.
Si bien Trump insistió en que la prohibición fue instaurada por razones de seguridad, fue ampliamente criticada como discriminatoria.
Sin embargo, levantar la prohibición puede ser una tarea más fácil que lograr que el Congreso apruebe la ambiciosa propuesta legislativa que Biden planea presentar este miércoles.
La propuesta establecerá una hoja de ruta de 8 años hacia la ciudadanía para muchos de los 11 millones de inmigrantes que se estima que viven en el país ilegalmente, según un documento informativo distribuida a periodistas por los funcionarios entrantes de la Casa Blanca el martes.
Los inmigrantes elegibles que se encontraban en el país al 1 de enero recibirán un estatus temporal por 5 años, antes de que se les otorguen “green cards” para la residencia permanente, que está sujeta a ciertos requisitos, como la verificación de antecedentes. Luego podrían solicitar la ciudadanía, después de tres años más, dijeron las autoridades.
El tiempo de espera para la legalización sería más corto -3años- para algunos de los aproximadamente 645,000 beneficiarios del programa DACA y más de 400,000 inmigrantes que viven en los Estados Unidos con Estatus de Protección Temporal (TPS). También se aceleraría para algunos trabajadores agrícolas.
Si se aprueba, sería la reforma legislativa más grande del sistema de inmigración de Estados Unidos desde la administración del presidente republicano Ronald Reagan en la década de 1980.
Durante décadas, el Congreso no ha logrado aprobar una importante reforma migratoria. Si bien los demócratas tienen una mayoría en la Cámara, el Senado está dividido 50-50 con la vicepresidenta entrante Kamala Harris como voto de desempate. La falta de apoyo bipartidista ha obstaculizado los esfuerzos anteriores para reformar el sistema de inmigración.
Aprobar un proyecto de ley ambicioso con apoyo republicano podría ser difícil, dijo Jessica Vaughan del Centro de Estudios de Inmigración con sede en Washington, que respaldó muchas de las políticas más restrictivas de Trump. “Creo que se trata más de simbolismo”, opinó, refiriéndose a los objetivos del proyecto de ley de inmigración.
Mientras tanto, Biden enfrenta un problema más inmediato. Las caravanas de migrantes avanzan en Centroamérica y algunas apuntan a llegar a la frontera suroeste después de la inauguración de Biden.
El asesor entrante de seguridad nacional, Jake Sullivan, dijo en una llamada con periodistas el martes que sería “imprudente” que los migrantes vinieran a la frontera ahora debido a la capacidad limitada para procesar solicitudes de asilo.
“La situación en la frontera es una que tenemos la intención de cambiar, pero nos llevará un tiempo considerable poder cambiarla de manera efectiva”, afirmó.
Con información de Reuters.