La pandemia de COVID-19 ha dejado a nuestro país enseñanzas importantes como la necesidad de contar con un sistema de salud pública resiliente, de alta cobertura universal y que funcione de manera armónica, afirmó el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez.
Al encabezar la presentación virtual de resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2020 sobre COVID-19, coordinada por el Instituto Nacional de Salud pública (INSP), puntualizó que los servicios privados no solventaron la necesidad de atención, ya que, si bien absorbieron una parte de la demanda, ésta no fue hospitalaria.
Indicó que la atención médica se brindó en pequeños consultorios unipersonales, adyacentes a farmacias y laboratorios de diagnóstico que fueron convertidos en unidades de atención.
La consecuencia fue una grave deformación en términos de calidad y oportunidad de la atención médica, ya que otorgaban diagnóstico subóptimo, seguido de la prescripción de medicamentos que no eran necesarios como antibióticos, esteroides, antiinflamatorios y anticoagulantes.
Dijo que esto significó un retraso en la atención de pacientes, quienes, al tomar medicamentos no útiles, presentaron complicaciones y decidieron acudir a los servicios de salud pública en condiciones adversas, cuando la enfermedad había ocasionado complicaciones graves.
Una vez más queda claro que la desigualdad social es dañina para la salud. México es un país sumamente desigual: 60 por ciento de la población vive en condiciones de pobreza, y al enfrentar una crisis sanitaria se ve afectada la situación económica y social, puntualizó.
Destacó el valor de la Ensanut COVID-19, al ser un instrumento de evaluación periódica que permite establecer, orientar y revisar las políticas públicas conforme a la evidencia científica.
Indicó que el INSP ha acompañado el proceso de planeación, desarrollo e implementación del manejo de la epidemia, además de que varios de sus investigadoras e investigadores forman parte del Grupo Técnico Asesor en Vacunación y del grupo interinstitucional para la estimación del exceso de mortalidad.
El director general del INSP, Juan Rivera Dommarco, detalló que la Ensanut 2020, realizada entre agosto y noviembre de 2020, analiza la seroprevalencia de anticuerpos contra el virus SARS-CoV-2 en población de todas las edades, la utilización de servicios de salud, el cumplimiento de recomendaciones de aislamiento, así como el consumo excesivo de alcohol y su asociación con factores individuales, familiares y sociales, entre otros rubros.
Informó que entre los resultados destaca el incremento de demanda de atención privada, que tuvo como consecuencia aumento en el gasto de bolsillo de las personas.
La directora del Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas del INSP, Celia Alpuche Aranda, dijo que el estudio de COVID-19 en las familias consistió en la toma de muestras de sangre a integrantes de ocho mil 749 hogares, que representaron a 5.5 millones de viviendas.
Dio a conocer que el número de personas seropositivas fue mayor en los hogares multigeneracionales, es decir, que están compuestos por niñas, niños, adultos y adultos mayores, en donde más de dos miembros ocupan la misma habitación, así como en hogares donde no había buena ventilación.
Subrayó que esta situación explica la posibilidad de mayor transmisión de COVID-19, aun cuando se promuevan estrategias específicas como el aislamiento.
Alpuche Aranda explicó que la evaluación de muestras fue validada por el Centro de Investigación Sobre Enfermedades Infecciosas (CISEI) del INSP y por el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE), que analizaron el número de anticuerpos y la proteína N y S del SARS-CoV-2.
Para el estudio se consideraron otras variables como el número de personas por habitación; número total de habitantes de la vivienda; servicios básicos, ventilación en el hogar, así como nivel socioeconómico y lugar de residencia.
Situación actual de ómicron
Tras la confirmación del primer caso de ómicron en México, el asesor de Emergencias en Salud de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Jean-Marc Gabastou, señaló que, aun cuando las variantes o mutaciones del virus SARS-CoV-2, como ómicron, son un evento natural y esperado dentro del proceso de evolución del virus, se debe fortalecer la vigilancia genómica del SARS-CoV-2, a través del banco de datos de secuencia de la Iniciativa Global de Análisis de Influenza y otros Virus (GISAID por sus siglas en inglés).
Gabastou destacó que hasta el momento la plataforma GISAID ha recibido más de un millón de secuencias de todos los países, destacando la participación de México, que ha compartido cerca de 40 mil.
Apuntó que los países deben desarrollar investigaciones para entender el impacto de las variantes en términos epidemiológicos, clínicos, efectividad de las medidas de salud pública, métodos diagnósticos, respuestas inmunes y carácter neutralizante de los anticuerpos, y no aplicar medidas unilaterales como en algunos países que han cerrado sus fronteras.
El asesor de Emergencias en Salud recomendó continuar con las medidas preventivas no farmacológicas como el uso correcto de cubrebocas, lavado de manos con agua y jabón, sana distancia y fomentar la vacunación, así como limitar los viajes no esenciales.
En la presentación también participaron por parte del INSP, la directora del Centro de Investigación en Evaluación y Encuestas (CIEE), Teresa Shamah Levy; la directora de Encuestas Nacionales de Salud del CIEE, Lucía Cuevas Nasu; los investigadores del Centro de Investigación en Salud Poblacional, Martín Lajous Loaeza y Carolina Pérez Ferrer, así como la investigadora de la Dirección de Economía de Salud e Innovación de Sistemas de Salud, Arantxa Colchero Aragonés. Por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México estuvo el director del Programa Universitario de Investigación en Salud, Samuel Ponce de León.