El próximo fin de semana en nuestro país se realizará un evento convocado por la Coalición de Acción Política Conservadora (CPAC), organización ultraconservadora estadounidense que se autodenomina “defensora de la libertad y la democracia”, al mismo tiempo que manifiesta su antifeminismo, racismo, sexismo y fundamentalismo religioso. A este encuentro asistirán figuras de la ultraderecha internacional como Steve Bannon, estratega de Donald Trump e instigador del asalto al capitolio el 6 de enero de 2021, y el hijo del Bolsonaro que se va de la presidencia de Brasil. Y, por supuesto nada es gratis: te invita a comprar tu boleto, tu entrada, para su conferencia que se realizará en Santa Fé.
La Coalición de Acción Política Conservadora (CPAC), ultraconservadora, realiza en Estados Unidos el tercer evento político de mayor atracción para los medios, con fuerte presencia política y social en Estados Unidos, donde surgió. A través de su Fundación ha promovido una actividad internacional en varios países desarrollados; en Nuestra América tiene influencia en Brasil y ahora se presenta en nuestro país. La Fundación en Estados Unidos ha propuesto reformas a la justicia penal, propiedad, diplomacia, arte y cultura.
Entre los mexicanos de ultraderecha que convocan a este evento está Eduardo Verástegui, actor, con su Movimiento Viva México relacionado, emparentado, con Vox de España en contra de la educación sexual; y el excoordinador de asesores de la secretaría de gobernación de Calderón, Juan Ivan Peña Neder, quién impulsa la Organización México Republicano con Larry Rubin, representante del partido republicano en nuestro país.
Esta actividad de ultraderecha no es un rayo en el cielo despejado de México, en lo que fuera la región más trasparente. La ultraderecha tiene raíces desde mediados de los años veinte del siglo pasado, para no remontarnos a la colonia, con los sinarquistas del bajío y la guerra cristera; con la Asociación Católica de la Juventud Mexicana (ACJM) fundada en plena revolución (1913), con auge en los cuarenta y cincuenta; con la derecha anticomunista y su organización semiclandestina, El Muro (movimiento universitario de renovadora orientación), membrete de El Yunque que ha contado siempre con financiamiento empresarial; y con la Unión Nacional de Padres de Familia.
El ascenso de la ultraderecha no es privativo en nuestro país, se registra en varios países con su creciente llegada a las cámaras legislativas y, en este año, con la elección en Italia de una presidenta fascistoide. Y no debemos subestimarlo. La fiesta nazi en la colonia Santa María La Rivera es un aviso.
La manifestación del domingo pasado, 13 de noviembre, en la supuesta defensa del INE fue más una manifestación contra el presidente Andrés Manuel López Obrador, cargada de racismo, odio y clasismo.
Es en este contexto que debemos ubicar la próxima manifestación a la que nos convoca AMLO. Todos a la manifestación del Ángel de la Independencia al Zócalo para festejar la cuarta transformación y escuchar el cuarto informe de gobierno.