Como orador principal de la concentración en contra de las reformas electorales, el ex ministro de la Corte, José Ramón Cossío, confió en el “talante democrático” de los integrantes del máximo tribunal para declarar la inconstitucionalidad del llamado Plan B, que se aprobó la semana pasada.
El jurista enumeró lo que desde su perspectiva son los elementos para que los ministros consideren la invalidez de las reformas en materia electoral y les comento que quienes salieron a expresarse esta mañana en el Zócalo de la Ciudad de México conocen que recientemente se han incrementado las críticas en su contra.
“Sabemos de las dificultades que su trabajo implica, de las presiones a las que están siendo sometidos por quienes quieren apropiarse del sistema electoral mexicano. Queremos decirles que confiamos en ustedes, en su talante democrático y en su capacidad de comprender la gravedad de las decisiones que tomarán para preservar la vida democrática del país”.
A unos pasos de la sede del máximo tribunal, al que llamaron a no permitir la reforma electoral, el ex ministro dijo que hacen ese llamado con respeto y confianza, pero a la vez, “vigilantes de su acompañamiento y de su quehacer por la Constitución”.
Cossío se dijo seguro que los ministros de la Corte “considerarán que las irregularidades en los procesos legislativos (para la aprobación de la reforma) tienen un serio potencial invalidatorio”.
Y agregó: “Sé que los ministros declararán que las normas electorales que reducen los recursos humanos y presupuestales de los órganos electorales violan los principios de equidad y certeza; estoy seguro que considerarán que la fijación de los presupuestos por la Cámara de Diputados viola la autonomía presupuestal del INE”.
Con base en ello, retó: “No veo cómo los ministros podrían declarar la constitucionalidad de las reformas legales que de manera tan lamentable han disminuido los derechos políticos de las mujeres”.
Dijo que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha afirmado que en caso de no avalar el Plan B, los ministros quedarían evidenciados como aliados de la corrupción, de la hipocresía y de los sectores privilegiados.
“Por el contrario, los ministros sólo podrían ser considerados corruptos si desconocen lo dispuesto en los artículos constitucionales que detalladamente regulan los órganos y procedimientos electorales; serían hipócritas si ocultan sus argumentos, si se apartan de sus precedentes o si distorsionan las votaciones en las que participen”.
También consideró que los miembros de la Corte “podrían ser tenidos como defensores de los privilegios, sólo si debilitan a las instituciones electorales, para que los poderes fácticos, la delincuencia organizada incluida, puedan determinar el rumbo de las elecciones y la conformación de nuestros representantes populares”.