A unos cuantos días de que se realicen elecciones generales en España, las decimocuartas desde la transición a la democracia y las terceras con Felipe VI como rey del país ibérico, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), se presenta como favorito para ganar los comicios, lo que mantendría en el poder a Pedro Sánchez, quien es el actual presidente y se presenta con 30 puntos de intención de voto. Le siguen el Partito Popular (PP) con 20 puntos, Unidas Podemos (UP) muy cerca de Ciudadanos con 14 y finalmente el partido Vox con 11; otros partidos, como Compromís, suman el porcentaje restante.
Sin embargo, en los debates públicos que han sostenido los cuatro candidatos que buscan el gobierno español, ha sorprendido que Pablo Iglesias, líder de UP, ha resultado el preferido del electorado con 36 por ciento de aprobación, esto en las encuestas del diario El País; detrás le va el propio Pedro Sánchez con el 20 por ciento, a su vez Albert Rivera (Ciudadanos) con 22 por ciento y finalmente Pablo Casado (PP) con 18 por ciento.
En cuanto a las elecciones del Congreso, según la última encuesta, también del diario El País, la izquierda va creciendo pero aún le faltaría un último sprint para hacer gobierno antes de las elecciones: Unidas Podemos y el PSOE podrían ganar 162 de los 350 escaños de la cámara de diputados, lo que no les garantiza mayoría; del otro extremo Ciudadanos podría lograr 49 curules, PP 75 y Vox 32, estos dos últimos considerados partidos de derecha, logrando así 156 escaños de oposición. El resto de los partidos obtendrían las 32 diputaciones para negociar el quehacer legislativo.
Pedro Sánchez requerirá de los nacionalistas para lograr un gobierno firme en caso de resultar vencedor en los comicios del próximo 28 de abril; luego del frontal rechazo que ha sufrido por parte de Ciudadanos, ha declarado que no le molestaría ver incluso en el gobierno a Unidas Podemos, encabezado por Pablo Iglesias, todo con tal de evitar la unión de lo que el mismo catalogó como la derecha y la ultraderecha del PP y Vox, este último, un partido apenas creado en 2013 pero que para el propio mandatario español, puede resultar un peligroso foco de ideas ultraconservadoras.
El regreso de Pablo Iglesias a los reflectores de la política no frena el descenso de Unidas Podemos, que pasaría a ser la cuarta fuerza de la Cámara con 33 escaños, solo uno por encima de la ultraderecha, frente a los 71 que tiene en la actualidad. La coalición que encabeza Iglesias sigue pagando la crisis interna de Podemos, además de las acusaciones de corrupción de las que fuera víctima el propio Iglesias y su esposa Irene Montero al adquirir una mansión de lujo que, según los opositores, no iba acorde con los ingresos de la pareja. Esto deja en favor de los socialistas uno de cada cinco votantes que tuvo en los comicios de hace tres años.