Tras ser liberado, el ex gobernador de Tabasco, Andrés Granier Melo, dijo que su arresto, derivado de acusaciones de peculado en contra del erario de Tabasco, fue parte de una venganza política orquestada por el perredista Arturo Núñez Jiménez, su sucesor.
En entrevista para el programa de radio Telerreportaje, Granier Melo reconoció que al término de su administración había un crisis en el sector salud por la falta de recursos para adquirir oxígeno, pero que, sin embargo, había gestionado con el gobierno federal 700 millones de pesos para paliar la deficiencia.
“Al final de la administración tuvimos un problema financiero, en el estricto sentido de que hubo recursos que faltaban específicamente en el sector salud. La federación, mandó 700 millones de pesos que yo le dejo a Arturo Núñez”, dijo Granier.
Por lo tanto, dijo que la acusaciones en su contra, donde lo señalaron por vaciar las arcas del estado, son falsas y forman parte de una “venganza política”.
Además de esto, acusó a Núñez Jiménez y su administración de haber planeado el secuestro de su hermana, Isabel Granier Melo, por once días.
