La organización Artículo 19 denunció el terrible y desalentador allanamiento al domicilio de la periodista y defensora de derechos humanos Lydia Cacho, perpetrado el pasado domingo. A través de redes sociales, la periodista confirmó los hechos.
Se informó que los agresores sustrajeron equipo de trabajo, incluyendo una grabadora de audio, tres cámaras fotográficas, varias tarjetas de memoria, una computadora portátil y 10 discos duros con información.
Los agresores entraron al domicilio ubicado en Puerto Morelos, Quintana Roo sobre las seis y media de la tarde, después de cortar los cables de las cámaras de seguridad de la vivienda y desactivar la alarma, según informa la organización conocida por su defensa a los derechos humanos. Al ingresar a la vivienda, los delincuentes además mataron a una de las perras que protegía la casa de la reportera y envenenaron a otra. “Los niveles de violencia y crueldad aumentan en la misma medida en que la impunidad les protege”, así lo publicó Cacho en su cuenta de Twitter ayer lunes. Sobre el material de trabajo, la reportera ha asegurado que mantiene duplicados de los archivos en el extranjero. “Mis investigaciones periodísticas están seguras fuera del país; se llevaron copias, la verdad nadie se la roba”, ha sentenciado.
A través de la etiqueta #AquíNadieSeRinde” es donde cientos se suman a brindar su apoyo y se solidarizan con la periodista y al mismo tiempo coinciden en el sentimiento de rabia, pero dejan claro que nunca nos arrebatarán las ganas de seguir luchando y mucho menos las ganas de vivir por lo que nos apasiona.
“Por más que lo intenten no dejaré de investigar. El miedo no colonizará mi espíritu. Soy periodista, soy feminista y defensora de derechos humanos; el poder conlleva responsabilidad social. A los que me amenazan les digo #AquíNadieSeRinde”, así lo manifestó la activista en redes.
La organización Artículo 19 solicitó a la Secretaría de Gobernación y a la Fiscalía General de la República, más precisamente a la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Contra la Libertad de Expresión, cumplan con las garantías de no repetición, se garantice la seguridad de la periodista y se sancione a los responsables de estos hechos.
Cabe señalar que La periodista ha vivido los últimos 13 años bajo estrictas medidas de seguridad, incluso dejando México en algunas temporadas, tras recibir diversas amenazas de muerte. “Quiero vivir para sentenciarlos; es la única forma de sentar precedentes sobre las redes de trata de niñas y niños que terminan en tortura de testigos y asesinatos de periodistas y defensoras de derechos humanos”, decía en mayo pasado.
Lydia Cacho publicó hace más de una década el libro ‘Los demonios del Edén’, una investigación que exhibió una red de poderosos pederastas —altos funcionarios y empresarios— en los estados de Puebla y Quintana Roo.
El pasado mes de enero el Gobierno de México ofreció por primera vez una disculpa a la reportera por la persecución sufrida en los últimos 14 años, después de que Naciones Unidas reconociera en agosto del año pasado que la reportera había sido sometida a violaciones de sus derechos humanos. Por su caso, una juez ordenó en abril la detención del exgobernador priista de Puebla, Mario Marín Torres, y el empresario textil Kamel Nacif, además del exjefe de la Policía Judicial de Puebla, Adolfo Karam, quienes permanecen prófugos de la justicia.
Para finalizar dejo la pregunta ¿ejercer el periodismo se ha vuelto un riesgo, ¿qué cuándo un desconocido te pregunta cuál es tu profesión, tienes que mentir?
Lo cierto es que nuestras autoridades deben de pasar del discurso a la realidad. Y Mientras haya un periodista de pie, no callaran nuestras voces.