El coordinador de la bancada del PAN en San Lázaro, Juan Carlos Romero Hicks, criticó la entrega de libros de texto por parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP), luego de que esta mañana el titular de la dependencia, Esteban Moctezuma, informó que se inició el ciclo escolar con un avance de poco más del 90% en las entregas.
“El calendario ya era conocido. No hay excusa para no empezar el ciclo con todos los materiales necesarios”, dijo el diputado.
“No entienden que no entienden”, continuó. “Empezaron con problemas en el tema de la licitación; pero los niños, que son el interés superior, no tienen por qué pagar las facturas de este tipo de circunstancias burocráticas”.
Pese a las críticas del legislador, si se hiciera una comparación sobre las entregas de libros de texto gratuitos en esta administración, que lleva poco más seis meses, con el sexenio de Felipe Calderón, los números no sólo reflejarían algunos de los rezagos históricos más importantes en su entrega, sino también errores de producción, falta de evaluación de sus impactos, y el crecimiento de una población de millones de analfabetas en el país.
El compromiso de la actual Secretaria de Educación fue la producción de 178 millones de libros y la entrega de 176 millones antes de terminar agosto. Y hasta el momento, tras el conflicto de las licitaciones con el papel, se ha entregado más del 90% y se estimó llegar al 100% a finales de mes. Por lo tanto, las críticas de la oposición lopezobradorista, particularmente del PAN, se refieren a menos de un 10%.
Además, bajo la nueva política pública se dio prioridad a los estados con mayores índices de pobreza, como lo son Oaxaca, Chiapas y Guerrero. Mientras que, según los datos de la propia Secretaría, los libros de primaria tienen un costo de 16 pesos y de 40 pesos los libros de secundaria.
Sexenio de Felipe Calderón: errores de contenido, rezago y producción histórica acumulada
El sexenio de Felipe Calderón vivió uno de los rezagos más importantes en la entrega de libros, además de los errores de contenidos que, según un estudio solicitado por la SEP a la Universidad de Nueva York (UNY), dejaban a los estudiantes mexicanos por debajo del estándar educacional latinoamericano.
“Merecen enmiendas. Algunas partes tienen faltas de ortografía y los de matemáticas reflejan un retraso en comparación con el estándar internacional”, apuntó la universidad.
Sumado a esto, en abril de 2009, cuando la SEP era encabezada por Josefina Vázquez Mota, los libros de historia producidos a partir de la a Reforma Integral a la Educación Básica (RIEB) omitieron la conquista de México y los 300 años de colonialismo entre sus páginas.
El peso de los errores no recayó en Vázquez Mota, ex candidata presidencial del PAN y quien renunció al cargo ese mismo año luego de aceptar una candidatura a una diputación federal por la vía plurinominal, sino en su sucesor, Alonso Lujambio, quien retiró los libros de matemáticas y los sustituyó por “cuadernos de trabajo” temporales mientras se arreglaban las fallas detectadas por la UNY.
En los libros de historia no hubo cambios significativos. Los alumnos iniciaron clases en septiembre con libros donde no existía la conquista ni la colonia. Y Lujambio hizo la siguiente declaración:
“Se trata de un ajuste… sería un despropósito mutilar la historia y dejarle de decir a nuestras niñas y a nuestros niños aspectos absolutamente centrales de nuestra historia, que además definen en gran medida nuestra propia identidad cultural como mexicanos. Ningún libro de texto está escrito con sangre, ni está escrito por Dios. Somos los hombres los que discutimos el modo en que nos vamos a educar; y esto, todo el tiempo está sujeto a deliberación y crítica”.
Sobre el rezago hay dos puntos a considerar. El gobierno de Calderón alcanzó un récord “histórico acumulado” con la producción de cinco mil millones de libros de texto; sin embargo, al comienzo del sexenio registró una disminución en la producción del 25%, y para el 2008 un letargo del 75%.
De acuerdo con el reporte “Histórico de Producción” de la Conaliteg (Comisión Nacional de Libros de Textos Gratuitos), la producción disminuyó en 2006. Los libros de texto para preescolar, primaria y secundaria pasó de 502 millones 540 mil 941 a sólo 379 millones 340 mil 571 libros, es decir, un 25 por ciento menos de lo que se produjo en el último año del panista Vicente Fox.
Luego, en 2008, la Conaliteg informó que sólo se habían producido en sus talleres 25 por ciento (96 millones 287 mil 232) de los textos que se hicieron para que los niños de nivel preescolar, primaria y secundaria pudieran asistir a clases. Y en en el país se comenzó a reportar que los libros no llegaban a miles de niños en las escuelas, acumulando un letargo del 75%.
Sin embargo, la producción se normalizó en el año 2009. Ascendió a 180 millones 633 mil 975 ejemplares (de los cuales sólo 32 millones 634 mil 810 fueron hechos en la Conaliteg) y 147 millones 999 mil 165 por impresores privados (88 por ciento).
En ese sentido, la determinación de una mayor producción por parte de empresas privadas existía desde 1998. Ernesto Zedillo dijo que la Conaliteg estaba obligada a producir sólo el 14 por ciento del monto total, y que el resto debía ser subrogado a impresores privados, dado que había una saturación en la casa impresora del Estado. Así, en 2009, la Conaliteg realizó apenas 3.7 por ciento del reparto, y el resto fue para empresas privadas.
Cuando se cumplieron 50 años de la creación del Libro de Texto Gratuito, Calderón se presentó en Los Pinos con la cifra histórica de cinco mil millones de libros impresos, refiriéndose a un “acumulado histórico”. Concretamente en el calderonismo, con bastantes problemas al inicio, se produjeron poco más de 600 millones de libros, la mitad en relación con el gobierno de Fox, que produjo poco más de mil 104 millones.
Al evento en Los Pinos, como cada conmemoración, asistió María Isabel Cárdenas Ruiz, alumna de primer grado de la primaria rural Cuauhtémoc, en el Saucito, San Luis Potosí, quien recibió el primer libro de texto gratuito al menos cinco décadas atrás y quien sólo terminó la educación primaria.
Fox y el fraude de los libros de texto
Cabe destacar que si bien el gobierno de Fox produjo más libros en el de Calderón, también hubo fraudes en la producción.
En 2002, en una denuncia ante la Procuraduría General de la República, la Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) documentó que las empresas Magnograf, Encuadernaciones de Oriente e Impresoras Nacionales de Armando Prida Huerta, así como las impresoras Ultra y Multicolor cobraron sobreprecios en la Conaliteg, en contubernio con funcionarios en las gestiones de Antonio Meza Estrada y Humberto Blanco.
Cuatro años después, se informó que se trataba de un daño al erario de mil 300 millones de pesos.