El Comité Noruego del Premio Nobel de la Paz entregó el galardón al primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed de 43 años, por acabar la guerra con Eritrea que duró cerca de 20 años.
Ahmed es ingeniero informático, hijo de un musulmán perteneciente a la etnia Oromo y una cristiana ortodoxa de Ahmara, ocupa el cargo de ministro desde el 2 de abril de 2018. Entre las primeras acciones que tomó fue la liberación de los miles de presos políticos y anular el estado de emergencia en su país.
Otro de los logros que el Comité le reconoce es la mediación en el proceso de transición en Sudán y Sudán del Sur que culminó en un acuerdo entre el ejército y la población civil este año. Además, impulsó que Shale Work Zewde ocupara el puesto de presidenta de Etiopía, actualmente es la única mujer que ocupa ese cargo en todo África.
Cuando era joven, Ahmed se unió a un grupo armado para derrocar al dictador Mengitsu, posteriormente se enroló en el ejército donde fue asignado a tareas de inteligencia debido a su profesión y a la par inició su carrera política como militante del Partido Democrático Oromo.
A pesar de ser considerado Nobel de la Paz, en su país no es aprobado por toda la población, el 23 de junio de 2018 lanzaron una granada que, aunque explotó a unos cuantos metros del primer ministro, éste salió ileso del ataque.
Desde su oficina en Addis Abeba agradeció a través de un comunicado la premiación y expresó que “nos sentimos orgullosos como nación”. La mayoría apuntaba que la ganadora sería la adolescente sueca de 16 años Greta Thunberg por su activismo contra el cambio climático, sin embargo, el Comité Noruego apostó por Ahmed.
El año pasado el premio lo obtuvieron el médico del Congo, Denis Mukwege y la activista de Iraq, Yazdí Nadia Murado por sus diligencias para terminar con la violencia sexual como arma utilizada en las guerras.
