Esta mañana Evo Morales llegó a la Ciudad de México luego de aceptar el asilo político ofrecido por el gobierno mexicano tras proceso del golpe de estado en Bolivia.

Al aterrizar en el ex hangar presidencial de la capital del país fue recibido por el canciller Marcelo Ebrard y posteriormente dio un mensaje a medios en el que aseguró que recibirlo le salvó la vida y denunció los ataques a su familia y a su casa.

El avión enviado por el presidente Andrés Manuel López Obrador se trata de un transporte militar Gulfstream G550 de la Fuerza Aérea Mexicana con matrícula 3916 que despegó del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México Benito Juárez alrededor de la una de la tarde rumbo a Chimoré, Bolivia.

El Gulfstream G550 es fabricado en una planta estadounidense en Savannah en Georgia, tiene una longitud de 30.35 metros, envergadura de 28.55 metros, mide 7.82 metros de altura, pesa 2 mil 948 kilogramos, necesita dos tripulantes y tiene capacidad para 18 personas, además cuenta con un alcance de 12 mil 964 kilómetros y viaja a una velocidad de 904 kilómetros por hora.

Luego de nueve horas de vuelo, el Gulfstream realizó una escala en el aeropuerto Jorge Chávez en Lima, Perú donde la tripulación esperó la autorización para entrar al espacio aéreo de Bolivia. Una vez que el avión entró al país de Evo Morales, las nuevas autoridades revocaron el permiso por lo que el avión tuvo que regresar a Perú.

Durante la conferencia de prensa mañanera en Palacio Nacional, Marcelo Ebrard declaró que “la ruta que se eligió fue a través de Lima, Perú. Se pidió autorización al gobierno de ese país, se nos otorgó. La aeronave bajó a Lima como primer punto de contacto. Ahí tuvo que esperar para pedir las autorizaciones en Bolivia correspondientes, ya se imaginarán ustedes el problema.”

Gracias a las diligencias de María Teresa Mercado, embajadora de México en Bolivia; de Maximiliano Reyes, subsecretario de América Latina y el Caribe y del propio Marcelo Ebrard, la Fuerza Aérea de Bolivia otorgó un nuevo permiso.

Inicialmente la ruta para el regreso era la misma: cargar combustible en Lima y de vuelta a México, sin embargo, cerca de las 19:30 de la noche hora de México, el gobierno de Perú canceló el permiso. Ebrard calificó ese momento como “muy tenso”. Finalmente, la aeronave pasó por el espacio aéreo de Brasil, Perú, cruzó Ecuador y once horas después aterrizó en México.

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